Javier Milei realizó este viernes un balance sobre su primer año de gestión al frente del Ejecutivo, señaló cuáles fueron las "lecciones" aprendidas, destacó los puntos más fuertes de su plan económico y advirtió que la reforma del país "no terminó". 

El Presidente manifestó como parte de una lección que "la estabilidad es una precondición necesaria para crecer", debido a que la presencia de déficit, producto de la emisión monetaria para "financiar al fisco", combinada con el "desequilibrio externo", la "pérdida de reservas" y el "endeudamiento", constituyen un "cóctel explosivo" que generaba, en su visión, que los argentinos vivieran "al borde del abismo".

En ese marco, remarcó, en una columna que escribió para La Nación, que su Gobierno logró la eliminación "de cuajo" del déficit fiscal, relacionado al Tesoro, y del cuasi fiscal, vinculado al Banco Central. Además, expresó que gracias a ello se cortó la emisión de dinero, lo cual provocó una disminución de la inflación "de niveles del 54% (25,5%) mensual a niveles del 1,4% (2,4%)".

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El jefe de Estado aclaró que dichas medidas se alcanzaron "sin expropiar activos", "sin controles de precios", con recomposición de tarifas y "sin fijar el tipo de cambio", al mismo tiempo que todo se llevó a cabo "respetando el derecho de propiedad".

"Si se resta el efecto de la inflación inducida por el ‘crawling peg’, los precios mayoristas estarían en deflación y los minoristas neutros. Por lo tanto, la inflación está desapareciendo y, por ende, se está terminando con la distorsión que esta causa sobre los ingresos de la población y sobre la inversión", agregó.

En el mismo sentido, declaró que la reducción del déficit fiscal generó "una abrupta caída del riesgo país", que se encontraba en los 3.000 puntos básicos cuando ganó las elecciones, bajó al 1.900 al momento de asumir y después de un año de "completo equilibrio fiscal en la línea financiera" se ubicó en los 600.

"Al caer el riesgo país la tasa de interés doméstica también lo hace y con ello reduce el costo del capital de las empresas, lo cual dispara su valor (200% durante el último año) y estimula la llegada de nuevas inversiones. Como resultado de ello, el stock de capital per cápita aumenta, con ello la productividad del trabajo sube y el resultado final es mayores salarios que empujan a una caída de la pobreza y la indigencia", añadió.

A su vez, exclamó que el ajuste fiscal "implicó devolverle, o dejar de robarle a los argentinos un 15%" del Producto Bruto Interno (PBI). También elogió a las reformas estructurales, como el DNU 70/23 y la Ley Bases, que fueron "ocho veces más" grandes que las medidas implementadas por Carlos Saúl Menem.

Aún así, comunicó que la "reforma no terminó" y que la Argentina está ante el "proceso de transformación más ambicioso de la historia", consagrando al 2024 como un año "bisagra" para que el 2025 se convierta en el "inicio de la reconstrucción" que lleve al país "al tope del mundo" luego de "40 años".