La crisis económica se ve evidenciada en distintos puntos, pero principalmente en la caída del consumo en todas sus variantes y en la modificación de los hábitos de compra. Cuando Cristina, en la presentación de su libro "Sinceramente”, habló de las marcas "Pindonga” y "Cuchuflito” desató la polémica que le valió más de una crítica en las redes sociales, aunque también hubo quienes la respaldaron. 

Las palabras de la ex presidenta causaron la indignación y el repudio principalemnte de productores y dueños de pequeñas y medianas empresas (Pymes) que sintieron un "desprecio” en sus palabras. Ariel Tereñes, dueño de la fábrica de galletitas Terepín, fue uno de los primeros en expresarse a través de las redes sociales. 

"Detrás de las primeras marcas existen las segundas marcas y muchas veces, por no decir la mayoría, son de calidad superior. Sin embargo, la mayoría de las veces seguimos siendo las segundas marcas porque no tenemos el mismo bolsillo de payaso que tienen las multinacionales para hacer que una marca sea conocida", escribió. 

Rápidamente, la consultora Focus Market lanzó un relevamiento que dio cuenta de que justamente el posicionamiento y la facturación de las marcas consideradas de segunda y tercera línea crecieron de manera exponencial (del 32,6% al 42,8% en el primer caso y del 21,5% al 27,7% en el segundo), desplazando en muchos rubros a aquellas consideradas de primer orden.

En paralelo, este martes, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), dirigido por Jorge Todesca, difundió las estadísticas de mayo (bajas del 13,5% en supermercados y autoservicios y del 18,7% en shoppings con respecto a 2018) y mostró la acumulación de 11 meses de caída consecutiva en las ventas. 

Más allá del trasfondo en las palabras de Cristina  otros informes confirman su parecer. Un relevamiento del Instituto de Estudios de Consumo Masivo (Indecom) marcó que entre 2015 y 2019 existió una modificación en las conductas de compra y que las segundas marcas corresponden hoy a casi la mitad de los productos más vendidos.

Las grandes empresas detrás de las segundas marcas 

Además de las Pymes, las grandes empresas producen, lógicamente, sus productos "premium” y otros de segunda y tercera líneas.  "Identificar segundas marcas con mala calidad es un error", aseguró el titular de la Cámara Argentina de Supermercados, Fernando Aguirre, en diálogo con MDZ Radio y agregó: "en muchos casos, aunque no es lo habitual, puede suceder que las segundas marcas sean mejores que las primeras marcas. Cuando se salga del contexto de crisis dependerá de la experiencia si los clientes se mantienen en la segunda marca o vuelven a la primera".  En muchos casos, la calidad es la misma, solo varía el envase y la inversión en el marketing. 

Ejemplos de productos de primera y segunda línea producidos por la misma empresa abundan. El aceite de oliva Carrefour es producido por la empresa Oliovita; la mayonesa CadaDía es por AGD, la misma productora que una de primer orden, como Natura. En el caso de los lácteos, uno de los rubros que los argentinos más han optado por productos económicos, se destaca que las leches en sachet Día, Carrefour, Armonía, La Martona y La Serenísima son todos productos de Mastellone Hnos.

La cuenta de Twitter @QuienLoFabrica relevó que las lentejas en conserva Caracas, Molto, Cumaná, Carrefour, Marolio, Valle de Oro, Coinco, La Gringa, Arcor, Okey, Jumbo, Vea, Ciudad del Lago, M&K, Dulcor, Inalpa, S&P y La Campagnola son todas fabricadas por la compañía Inalpa.

En el caso de los dulces de leche, por ejemplo, tanto productos de primera como de segunda marca (Carrefour, Día, Havanna, Abuela Goye, Freddo, San Ignacio, La Anónima, Balcarce, Poncho Negro, Grido y Dulcor) pertenecen a Establecimientos San Ignacio.