La jueza federal María Servini formalizó su reclamo para que no se vote en la Ciudad de Buenos Aires con el sistema electrónico el mismo día que los comicios nacionales se lleven a cabo con boletas de papel, es decir, el próximo 22 de octubre.

Lo hizo mediante un petitorio presentado a la Cámara Nacional Electoral, en el que solicitó que se realice "una profunda reflexión de cara a los comicios de octubre".   

Durante las elecciones primarias del domingo pasado, el Gobierno porteño implementó en el distrito el voto concurrente, en el que los electores tuvieron dos sistemas distintos en el mismo acto: para la instancia local usaron la Boleta Única Electrónica (BUE), mientras que para las categorías nacionales sufragaron de la misma forma que en el resto del país, con boletas de papel.

Al iniciar su presentación al presidente de la Cámara, Alberto Dalla Vía, la jueza consideró que durante las PASO ocurrieron inconvenientes que "afectaron gravemente el desarrollo de los comicios".   

"Estos inconvenientes -repetidos en numerosas mesas y locales de votación y durante toda la jornada- transformaron esta elección, en los comicios más problemáticos y conflictivos de los últimos 30 años en esta ciudad, afectando el derecho a sufragar de muchos ciudadanos que no pudieron votar a nivel local, o debieron hacerlo en condiciones deficientes", continuó Servini.   

Luego, la jueza remarcó que "todo ello innecesariamente y en virtud de situaciones que las autoridades locales de la Ciudad de Buenos Aires no previeron, planificaron mal y ejecutaron peor".   

Además de la presentación, la jueza envío documentación fotográfica con registros de las deficiencias de los dispositivos electrónicos en los que se ejecutaba el voto, entre los que se identificó la aparición de candidatos distintos a los elegidos.

Añadió que "los inconvenientes mencionados, todos relacionados con la implementación de la Boleta Única Electrónica y las máquinas utilizadas a tal fin, adquirieron una dimensión tal que provocaron que muchos ciudadanos tuvieran que hacer largas filas con una espera de hasta más de dos horas para votar, algo que no había sucedido nunca, ni aún durante la crisis sanitaria provocada por la pandemia de Covid-19".   

"Hubo autoridades de mesa que, ante el nerviosismo generado por la situación, más la aglomeración de electores que querían sufragar, colapsaron emocionalmente y manifestaron su intención de no cumplir su función en octubre próximo", destacó.   

Servini además apuntó contra “la mala preparación del personal técnico contratado para la empresa en cuestión para la instalación y prueba de las máquinas, que demostró poca predisposición para solucionar los problemas, en una actitud irresponsable y casi negligente, y poco conocimiento del funcionamiento de esos equipos”.

También se refirió a la "instalación eléctrica que efectuaron los técnicos para conectar las máquinas en cuestión, la que resultó totalmente precaria, peligrosa, con conexiones expuestas, cableado que no estuvo fijado al piso, zapatillas sobrecargadas y faltantes de alargues, todo lo cual ponía en riesgo a las autoridades de mesa y a los electores".

Ante los inconvenientes registrados, en algunas escuelas se extendió el horario de votación hasta las 19:30.