Los obispos se solidarizaron con la sociedad de Bahía Blanca y valoraron el esfuerzo del "pueblo" y las "instituciones", que se organizaron para brindar asistencia a los damnificados del devastador temporal seguido de inundación; mientras que condenaron "las actitudes y expresiones que lastiman" de parte de la dirigencia política.

"No podemos estar ajenos a las realidades que vivimos como argentinos", pronunciaron en primera instancia los religiosos, que además expresaron un "profundo dolor ante la tragedia" bahiense, en especial por los que "perdieron a sus seres queridos" y "los que quedaron sin casa, sin sus bienes". "La expresión de nuestra gente es muy fuerte: ‘¡Perdimos todo!’", manifestaron este miércoles a través de un comunicado publicado por la Conferencia Episcopal Argentina (CEA).

Ante la dramática situación que viven miles de ciudadanos de la localidad del sur de la provincia de Buenos Aires, resaltaron: "No deja de ser un signo de esperanza la reacción espontánea de nuestro pueblo de una compasión que baja a las manos, que se hace gesto de ternura, llegando incluso hasta el heroísmo de dar la vida".

"La solidaridad es una muestra evidente que nos necesitamos unos a otros. Valoramos agradecidos cómo en medio de la catástrofe, las distintas instituciones, al organizar seria y delicadamente la solidaridad, rescatan, salvan y ayudan a sostener empecinadamente viva la esperanza", puntualizaron.

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En contraste, le reprocharon a la clase política: "Qué bueno sería que esta actitud de cuidar la dignidad de la persona humana, sobre todo cuando se muestra más vulnerable, ayude a dar respuesta a la otra realidad que se advierte tristemente en nuestra sociedad y en la dirigencia".

"Nos referimos a las actitudes y expresiones que lastiman, a esos lenguajes despreciativos, por momentos no exentos de crueldad, que atentan seriamente contra aquella unidad que tanto necesitamos como pueblo, para ponernos la patria al hombro, para salir adelante", ahondaron.

Siguiendo su reflexión, concluyeron: "Ambas realidades dejan en claro la necesidad de que ‘rescatemos’ a la persona y su dignidad, que la pongamos en el centro de nuestros intereses, de nuestros servicios, y proyectos". 

El grupo de sacerdotes recordó en su texto la necesidad de la Iglesia católica de contar nuevamente en pleno ejercicio de sus funciones con el Sumo Pontífice, quien se encuentra internado hace casi cuatro semanas en Roma por una neumonía.

"En estos días la salud del Papa Francisco ha ocupado nuestra oración, porque además del profundo cariño que le tenemos, necesitamos sus palabras y gestos que son para el mundo un testimonio del cuidado de la dignidad de cada ser humano y de la casa común. Su inspiración y su coherencia nos ayudan a caminar juntos hacia un mundo justo, solidario y fraterno", finalizaron los obispos.