En los últimos días, el Gobierno de Mauricio Macri decidió dar marcha atrás con el impuesto interno que planteó en el primer boceto de la reforma tributaria, gracias a las negociaciones que llevó adelante Alfredo Cornejo, gobernador de Mendoza, en un reclamo al que se sumaron La Rioja y San Juan. Ahora, quienes muestran su descontento son las empresas de gaseosas y bebidas con azúcar -con Coca Cola a la cabeza-, entre otras.

Este viernes, Coca Cola amenazó con frenar una inversión de mil millones de dólares que había sido anunciada al Presidente en 2016. "Además, están amenazando con no comprar más frutas, citrus, jugo, entre otras cosas", afirman desde el gremio los azucareros.

Guerra de cervezas y gaseosas


De acuerdo a lineamientos propuestos por la Organización Mundial de la Salud -OMS-, el ministro Nicolás Dujovne propuso aumentar la carga impositiva que impera sobre las bebidas gaseosas y azucaradas. En un principio, cuando la suba iba a golpear también a las bebidas alcohólicas, el problema no era tan grande para empresas como Coca Cola o Pepsi Co. 

La quita que se realizará sobre el vino o el champagne se extenderá también a las cervezas, una bebida que en muchas ocasiones actúa como producto sustituto de gaseosas como la Coca Cola. Con esta reforma impositiva, el litro de cerveza podría estar más barato que el de las principales bebidas sin alcohol.

La Cámara Argentina de la Industria de Bebidas sin Alcohol expresó su desconteto, ya que no considera que las directivas de la OMS sean un argumento válido. "Si el incremento se basa en la salud pública, ningún producto con alcohol en sus materia prima debería estar exento. En la actualidad, el 50% de lo que hoy paga un consumidor por una bebida sin alcohol son impuestos”, reclamaron.

 "Si el incremento se basa en la salud pública, ningún producto con alcohol en sus materia prima debería estar exento. En la actualidad, el 50% de lo que hoy paga un consumidor por una bebida sin alcohol son impuestos”

Otras bebidas


El whisky también verá un fuerte aumento. Su impuesto interno pasará del 20 a 27 por ciento. Sin embargo, al no tener un producto sustituto directo, no se espera que tenga tanta repercusión en su consumo. La gran ganadora en lo que a la reforma tributaria se refiere es el agua, que pasará a tener un gravamen del cero por ciento de impuesto interno, también en orden de los lineamientos de la OMS.