Hagman, sobre el Fondo Nacional: “No hay un solo sector del FDT que vea con malos ojos esta medida”
Mano a mano con el diputado nacional. Las principales discusiones alrededor de la iniciativa que busca repatriar fondos no declarados en el exterior y la esperanza de que los bloques moderados acompañen.
El Senado de la Nación discute en estos días dos proyectos conjuntos para la creación de un “Fondo Nacional para la cancelación de la deuda con el FMI”, financiado con la repatriación de dólares fugados y no declarados en el exterior. Si el panorama en la Cámara alta es complejo en términos de votos, en el recinto presidido por Sergio Massa es aún más hostil. En una entrevista exclusiva con El Canciller, el diputado nacional por el Frente de Todos (FDT) Itai Hagman, se mostró optimista y aseguró que espera que el resto de los bloques de la oposición acompañen, más allá del rechazo anticipado de Juntos por el Cambio (JxC).
“No veo otra forma de hacer que esos dólares vuelvan”, sostuvo el economista de Patria Grande, quien además, si bien reconoció que la repatriación “es difícil”, afirmó que “tampoco es imposible”. Sobre la postura de la principal coalición opositora, opinó que “no es para nada cómoda”, ya que si su voto fuera positivo “implicaría asumir una responsabilidad en el proceso previo”. Además, anticipó que, al igual que con el Aporte Extraordinario a las Grandes Fortunas, “va a haber una campaña para decir que esto va en contra del ahorrista y el emprendedor, y no es así”.
- ¿Qué te parece el proyecto?
Hace tiempo que planteamos la necesidad de avanzar en una investigación a la fuga de capitales a fin de determinar quiénes son los que se beneficiaron con el endeudamiento externo y buscar mecanismos para que sean esos sectores los que tengan que hacer el esfuerzo para pagar esta deuda. El proyecto es exactamente eso, tratar de recuperar una parte de ese dinero para que no tengan que utilizarse las divisas que necesita la Argentina para no comprometer el crecimiento.
- Los detractores plantean que se trata de un “blanqueo para delincuentes”. ¿Qué lectura hacés?
Primero que no es un blanqueo. Lo que se hace es exigir un aporte en dólares, que no tiene antecedentes, y lo que se busca es repatriar fondos. No es una ley que beneficie a esos sectores. Más bien, si le preguntamos a cualquier empresa o persona que realizó este tipo de operaciones, no creo que tenga muchas ganas de que esta ley se apruebe. No da ningún beneficio, al contrario, de hecho es una alícuota altísima, que va del 20% hasta el 50% del dinero.
- Alguien un poco desconfiado podría pensar que una persona que tiene esos fondos a través de un origen ilícito podría aprovechar la situación para blanquearlos aunque la alícuota sea elevada.
Lo que pasa es que son fondos que se transfirieron al exterior. No estamos hablando de la plata que está en las cuevas, sino de operaciones que se hicieron a través del sistema financiero formal. Entonces, no me parece que estemos hablando de dinero de origen ilícito, que tiene otros mecanismos. Aparte, me parece que cualquier instrumento que permita repatriar fondos es positivo. No veo otra forma de hacer que esos dólares vuelvan.
- En el proyecto aparece la figura del “colaborador”, al que se lo premia con un 30% de los fondos por el hallazgo de bienes no declarados. Ahora, es difícil pensar que los bancos colaboren en ese sentido, ¿ustedes cuentan con eso?
Partamos de la base de que este proceso de buscar repatriar fondos es difícil. Nosotros no somos ingenuos en eso. La herramienta del colaborador puede ayudar. Hay casos, de no hace mucho tiempo, en los que gerentes o personas con mucha presencia en el sistema financiero terminaron colaborando. Hay mucha gente que puede tener información. También, es importante distinguirlo de la figura del “arrepentido” en el proceso penal: en este caso, el colaborador no es necesariamente el que cometió un delito y se arrepiente y conmuta su pena, no tiene nada que ver con eso. Puede ser una persona que tiene información y simplemente tenga una motivación económica.
Además, sería bueno complementar esta ley con acuerdos con instituciones internacionales, como el Departamento de Justicia de Estados Unidos, que ayuden a Argentina en el proceso. Necesitamos colaboración de organismos y otros Estados. Y no creo que sea ingenuo creer que lo podemos lograr, porque el problema de la riqueza que se fuga, por ejemplo en guaridas fiscales, es algo que todos los países están discutiendo, incluso los EE.UU. No es fácil, pero tampoco es imposible.
- ¿Todo el Frente de Todos está de acuerdo en esta iniciativa?
Yo creo que sí. Por lo menos todos los sectores con los que yo hablé ven con buenos ojos este proyecto. No me parece que haya divergencias en este punto, si por supuesto en otros temas. Hay unanimidad en cómo reparamos el daño que se provocó sobre todo en los años 2018 y 2019. No hay un solo sector del Frente de Todos que vea con malos ojos esta medida.
- Desde Vicentín hasta el rechazo del Presupuesto 2022, hubo distintos reveces políticos para el Gobierno. ¿No es riesgoso plantear ahora, después de dos años de desgaste de gestión, una iniciativa de este tipo en un contexto parlamentario hostil, sobre todo en Diputados?
En este caso, no me parece que sea evidente que no va a haber acompañamiento de los bloques opositores, más allá de Juntos por el Cambio. También, no es sencillo para ningún sector oponerse a una ley que busca repatriar fondos fugados por un puñado de personas y empresas, por más animosidad que tengan contra el Gobierno.
- ¿Te referís a que la posición de JxC no es cómoda?
No me parece para nada cómoda. Entiendo que ellos no la quieran votar porque eso implicaría asumir una responsabilidad en el proceso previo, pero, en cuanto al resto de los bloques chicos de Diputados, no es evidente que estén en contra de esto. Los podemos convencer.
- Hay un sentido común que indica que en Argentina hay mucha presión impositiva, aunque haya datos que lo contrastan. Por eso termina sucediendo que muchas personas, que incluso no tienen bienes no declarados en el exterior, se oponen a esta iniciativa. ¿Cómo se puede superar esa limitante?
Hay que desmitificar la idea de que el Estado va en contra de la sociedad cuando busca mecanismos para hacer que los sectores de mayor patrimonio o ingresos carguen con la mayor parte de los esfuerzos. Todo lo contrario, es en beneficio de ella. Pasó algo parecido cuando discutimos el Aporte Extraordinario a las Grandes Fortunas: la oposición y los medios salieron a instalar que eso iba a afectar al pequeño empresario pyme o comerciante. Después, en la práctica, se comprobó que era mentira. Fueron 10.000 personas. Esto es lo mismo: va a haber una campaña para decir que esto va en contra del ahorrista y el emprendedor. Y no es así, es solamente contra los grandes fugadores, que además son muy pocos.