La coalición oficialista sigue viviendo una versión propia de la Guerra Fría. Entre Alberto y Cristina hace tiempo que no hay diálogo, ya ni se miran a la cara. Hace tiempo que hacen actos separados. Actos que, dicho sea de paso, dejan mucha tela para cortar. 

Este fin de semana, la tensión entre el sector kirchnerista y el albertista al interior de la coalición oficialista escribirá un nuevo capítulo en este largo conflicto. Se espera que, nuevamente, Cristina y Máximo cuestionen al Gobierno o emitan críticas sobre la actual situación económica que atraviesa el país.

El kirchnerismo prepara dos grandes actos en tono opositor para el fin de semana

Claves de los dos actos

• Contexto conflictivo: esta semana, Máximo Kirchner y "Wado" de Pedro, dos de los exponentes más importantes del kirchnerismo, tomaron protagonismo a causa de sus declaraciones. El primero dio a entender en una entrevista que Alberto Fernández no se debería presentar a competir en unas PASO y volvió a cuestionar el acuerdo con el FMI. El segundo habló de la posibilidad de derogar las PASO y sacar también las elecciones intermedias.

 La postura de Alberto: el mandatario confesó que no avalará la derogación de las PASO y que tampoco pedirá que se trate esa iniciativa en sesiones extraordinarias. No solo ha planteado la continuidad de las elecciones primarias, sino que ha manifestado sus ganas de competir por la relección en el 2023, algo que molesta al kirchnerismo duro.

 El acto de CFK: el evento que protagonizará Cristina este viernes en Pilar genera incertidumbre en el Frente de Todos porque ninguno tiene certeza sobre cuáles serán las críticas. No obstante, buena parte de la militancia cree que habrá cuestionamientos a la gestión que conduce Alberto Fernández y que, más allá de la reciente crítica sobre las prepagas, probablemente se toque el tema de la alta inflación y el bajo poder adquisitivo de los salarios.

 Máximo habla en Mar del Plata: el sábado será el turno de Máximo Kirchner en Mar del Plata, donde cerrará el congreso del PJ Bonaerense, que se iba a realizar el fin de semana posterior al momento que ocurrió el atentado a la Vicepresidenta. Con menor tenor y menos repercusión que su madre, Máximo viene siendo uno de los más críticos con respecto a las decisiones de Alberto Fernández.

 Los antecedentes: en mayo de este año, CFK reapareció en Chaco junto a Capitanich y criticó el rumbo económico de un Gobierno que por entonces tenía a Martín Guzmán como ministro de Economía. A su vez, había criticado también la actitud de Kulfas de "operar en off" contra el kirchnerismo mediante un audio filtrado a la prensa. 

En junio, para celebrar el Día de la Bandera, CFK participó de un acto en Avellaneda junto a Ferraresi. En esa oportunidad, cuestionó también el rumbo económico y expresó: “No me interesa quedar bien con ningún funcionario sino con los argentinos que nos votaron”. 

Semanas más tarde, en julio, la vicepresidenta participó del acto de inauguración del Cine Teatro Municipal de la ciudad de El Calafate, en Santa Cruz, junto a la gobernadora de esa provincia, Alicia Kirchner. En esa oportunidad, criticó a Martín Guzmán ya que consideró como un "inmenso acto de irresponsabilidad política y desestabilización" a la renuncia del ex ministro de Economía. 

A fines de agosto, luego de conocerse el alegato del Fiscal Luciani, Cristina habló ante una multitud en Recoleta criticando el "Lawfare" y le advirtió a la oposición que el rechazo de las manifestaciones populares "nunca llegó a buen puerto en Argentina y tienen muy mala historia". Posteriormente, a causa del intento de magnicidio sufrido a inicios de septiembre, redujo la cantidad de apariciones públicas y prefirió manifestar sus opiniones vía Twitter.