En medio de una crisis económica que incluye un dólar merodeando los $45, una tasa de interés por encima del 66%, un aumento de la Canasta Básica del 4,3%, una inflación interanual del 51,3% y una proyección de pobreza mayor al 32%, Marcos Peña retornó al Congreso para presentar el primer informe de gestión del año e intentó resaltar el cambio simbólico que habría generado Cambiemos. 

En su última visita a Diputados en octubre del año pasado, con perfil bajo por las corridas cambiarias, esquivó los roces con la oposición. Este miércoles volvió renovado, enérgico y con aires de campaña, para respaldar las políticas del Gobierno.

En su discurso de más de una hora, el Jefe de Gabinete no pudo dar buenas noticias pero resaltó los valores abstractos culturales, sociales y de enfoque gubernamental obtenidos en los casi cuatro años de mandato macrista. Se rehusó a hablar de lo que le interesaba a los legisladores: los números rojos de los indicadores económicos. 

Con la economía en terapia intensiva, ensaya Peña el discurso electoral ante un Senado en campaña

Así, se refirió a las libertades fomentadas desde el oficialismo -libertad de expresión y libertad de prensa-, a la independencia judicial y a la transparencia -con Ley de Ética Pública, de Flagrancia, del Arrepentido, el Código Penal con endurecimiento de penas y la bandera de la anticorrupción-, la seguridad ciudadana -la lucha contra el narcotráfico, la mano dura y el fortalecimiento de Fuerzas de Seguridad-, la apertura al mundo a través de la política exterior -los numerosos encuentros bilaterales y regionales del presidente- y políticas puntuales de Estado entre las que destacó el avance de la obra pública, la seguridad social, la continuidad de la Asignación Universal por Hijo, y el avance de las mejoras por las evaluaciones Aprender.

Sin embargo, el sexto eje, el más esperado, fue el económico, donde hizo un recorrido histórico, aprovechó para criticar al kirchnerismo y describió las medidas tomadas en materia energética, la caída del déficit fiscal y la eliminación del cepo. "Estamos recorriendo el sendero gradual de baja del gasto y de impuestos”, aseguró, pero evitó referirse al aumento sostenido del dólar -que en el presupuesto aprobado para 2019 se establecía en $40-, los tarifazos y la inflación.

"Dirán todo esto es muy lindo pero no se ve, porque el bolsillo está mal porque la economía tiene severos problemas”, reconoció y afirmó que "la buena noticia" es que Argentina está "saliendo de la crisis, resolviendo los problemas estructurales y yendo al fondo de la cuestión". Insistió con que colocaron "las bases para salir del estancamiento de tantos años” y que se están atacando los temas de fondo "para que esto se resuelva hacia futuro”. 

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Frente a los reclamos de la oposición, entre los cuales estuvieron los del chubutense Mario Pais, los del jujeño Guillermo Snopek, los de Alfredo Luenzo -que lo acusó de tener "un cuadro psicótico”-, los del fueguino Julio Catalán Magni y los del formoseño José Mayans, el funcionario procuró evadir las respuestas directas y resolvió afirmar que existieron medidas concretas con intenciones de mejorar el país.

Así, Peña dejó en claro su papel central en la mesa de representación del Gobierno y volvió a escena para profundizar la propuesta de Jaime Durán Barba. En sintonía con el lineamiento de Mauricio Macri en la Apertura de Sesiones Ordinarias, fue una vez más por la polarización con el kirchnerismo y los cambios sociales en el plano ideológico, para dejar de lado la crisis e intentar allanar el camino hacia las urnas.