Cambiemos versus las prisiones preventivas: ¿qué hay detrás de la ola de críticas a la Justicia?
El que tiró la primera piedra fue Nicolás Massot. Hace dos semanas, el presidente del bloque PRO en Diputados cuestionó en C5N la lentitud con la que avanzaba el Poder Judicial en causas de corrupción y criticó la utilización de la prisión preventiva como “atajo” para detener a exfuncionarios. Se refirió, en particular, al caso de Julio De Vido, que fue desaforado por ese cuerpo por pedido de Claudio Bonadio.
En las últimas horas, se sumaron a estas críticas el ministro de Justicia, Germán Garavano, y el ascendente diputado Daniel Lipovetzky. Cada uno usó un caso distinto: Garavano cuestionó la decisión de desaforar y detener a la expresidenta Cristina Kirchner y Lipovetzky sostuvo que la preventiva estuvo “mal utilizada” en el caso de la detención del exvicepresidente Amado Boudou.
“En algunas causas judiciales creo que la prisión preventiva esta mal utilizada, un ejemplo claro es el de Boudou”, afirmó el diputado en declaraciones a Radio Con Vos, y respaldó al ministro en su enfrentamiento con Elisa Carrió, que hoy ratificó que impulsará su juicio político por sus declaraciones de ayer y lo acusó de integrar un “sector de Cambiemos” que busca que no haya condenas en casos de corrupción.
Las declaraciones de Massot, Garavano y Lipovetzky no son casuales: se enmarcan dentro de los crecientes rumores de una eventual candidatura de la exmandataria. Algunos analistas se aventuraron a afirmar que varios integrantes de la alianza oficialista, tras ver algunas encuestas, la prefieren de candidata para polarizar con el presidente Mauricio Macri, que ya anunció que irá por la reelección a pesar de que su imagen pública está en el peor momento desde que asumió.
Los sondeos indican, casi de forma absoluta, que Macri perdería en segunda vuelta contra cualquier candidato del peronismo y solo le ganaría a Cristina (el único relevamiento que da ganadora a la exmandataria en esa instancia es el de Ricardo Rouvier). Con esos números, según los analistas, el bando de Marcos Peña empezó a pensar en tener a CFK de rival en lugar de tenerla en prisión. Y, aunque esos rumores no tengan fundamento, hay una realidad que advirtió Garavano: una elección presidencial con la principal dirigente opositora presa no es el escenario de mayor estabilidad social y política que puede tener un país.