El gobierno nacional ya tiene en carpeta la planificación de una nueva materia a rendir: el post 30 de abril. En esa fecha quedará sin efecto el último Decreto de Necesidad y Urgencia que se publicó el 16 de abril para paliar la crisis sanitaria por la segunda ola de Covid-19.

Lo que suceda dependerá de dos escenarios: por un lado, el enfrentamiento político-judicial por las clases presenciales entre Juntos por el Cambio y el oficialismo. Por el otro, la situación sanitaria: hoy se registraron 557 muertes por Covid-19 (cifra récord desde que comenzó la pandemia) y hace once días la cantidad de contagiados supera los 20 mil. “Estamos atravesando el momento más difícil”, graficó hace algunas horas Vizzotti en Radio con Vos.

Momentáneamente, la Ciudad decidió no acatar el fallo de la Justicia Federal que obligaba a cerrar las escuelas, y esperar el fallo de la Corte Suprema. En ese sentido, las clases continúan normalmente en la mayoría de los colegios.

En Balcarce 50 también están a la espera de lo que decida el máximo tribunal, que si bien no tiene plazos para expedirse, anticipó que se hará un tratamiento acelerado en los términos que permite el Código Civil y Comercial de la Nación, para que los magistrados resuelvan "de oficio" y como "primera providencia", si "la naturaleza de la cuestión y la prueba ofrecida" lo permite.

Qué dicen desde Nación

Esta semana, Nicolás Trotta le expuso al Presidente algunas alternativas para una “presencialidad administrada” que permita reducir la circulación en zonas donde haya riesgo epidemiológico.

El ministro de Educación señaló en A24 que el motivo de la suspensión de las clases presenciales “no es por lo que ocurre dentro de ellas, sino en la movilización de personas”. Con esto, el Gobierno quiere dejar en claro que la discusión no pasa por la presencialidad, sino por la circulación fuera del ámbito de la escuela. Esto es el aumento de la movilidad en el transporte público (algo que desmiente Larreta) y el aglomeramiento de personas fuera de las instituciones educativas.

Trotta no quiso apresurarse a brindar una declaración que lo vuelva a dejar mal parado, por eso lo único que aseguró es que la prórroga de las restricciones después del 30 de abril “dependerá de la respuesta epidemiológica de las medidas actuales”, aunque advirtió: "Vemos un horizonte de mucha complejidad".

Por otro lado, Carla Vizzotti, al ser consultada sobre lo que sucederá después del 30 de abril con respecto a la continuidad de las medidas sanitarias, se paró en la misma línea que el titular de la cartera de Educación y sostuvo que "va a depender de la cantidad de casos y de cómo se comporte la curva” de contagios.

“La situación en AMBA es crítica, pero la pandemia está afectando a la gran mayoría del país”, afirmó la directora nacional de Epidemiología, Analía Rearte, para La Voz del Interior.

En Casa Rosada no solo se analiza la situación de AMBA, sino también del interior del país donde los infectados crecen diariamente. Algunos gobernadores ya empezaron a implementar restricciones. Es el caso de Santa Fe, donde Omar Perotti restringió la circulación y la movilidad, aunque no tocó la presencialidad en las escuelas. Medidas similares se acaban de tomar en Entre Ríos.

Qué pasará en la Provincia

El Jefe de Gabinete bonaerense, Carlos Bianco, detalló esta semana que la medida de suspensión de clases presenciales “es temporal” y “fue establecida por estas dos semanas”.

El funcionario de la Provincia mostró optimismo ante la situación y explicó que “se redujo la circulación de personas con medidas menos restrictivas”, a lo que sumó: “Sabemos del éxito y del altísimo acatamiento del pueblo bonaerense para las nuevas medidas”.

Bianco no confirmó que la presencialidad de clases sea un hecho el lunes 3 de mayo, pero sostuvo que a partir del 30 de abril se va a “mantener activa la fase 2” y “solamente se suspenderá la presencialidad de las clases en casos que sea estrictamente necesario”.

La vida post 30

Para decidir el rumbo a partir de mayo, el Gobierno prestará especial atención al porcentaje de movilidad dentro del transporte, la tasa de contagios cada 100 mil habitantes, las llamadas a la línea 148 y la ocupación de camas de terapia intensiva en el sistema sanitario.

Todo hace pensar que las restricciones, de mínima, se mantendrán, aunque no sería extraño que se endurezcan y se extiendan a más regiones del país. Si serán acordadas con el jefe del gobierno porteño y los gobernadores, es aún una incógnita. Es difícil imaginar un nuevo cónclave Alberto-Larreta en este momento de alta tensión. En cambio, el diálogo con el mandatario bonaerense Axel Kicillof -partidario de medidas más estrictas- es constante. Tanto por el costo político como económico, el Ejecutivo evitará por todos los medios volver a Fase 1. Las clases en la Ciudad, por lo pronto, están en manos de la Corte.