Entre la condena social y la justicia divina se mueve hoy Darío Amado, un médico forense egresado de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) en 1988. El hombre, de 57 años, escaló en su profesión hasta posicionarse como una referencia en Medicina Legal y en Medicina del Trabajo.

En las redes sociales, se presenta como uno de los fundadores de la Sociedad Argentina de Medicina Legal y de la Sociedad de Medicina Legal de la provincia de Buenos Aires. Es jefe de trabajos prácticos de la cátedra de Deontología Médica y Medicina Legal de la Facultad de Ciencias Médicas en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).

Su nombre salió este miércoles a la luz ya que esa alta casa de estudios lo ascendería a titular de la cátedra de Medicina Legal. Esta situación generó indignación en la familia de José Luis Cabezas, reportero gráfico asesinado en 1997. Los allegados del fotógrafo rechazaron de plano esta posibilidad, al considerar que el forense actuó exprofeso en la irregular primera autopsia que se le practicó a José Luis Cabezas.

La acusación contra Amado

Gladys Cabezas, hermana de José Luis, denunció públicamente este miércoles que el médico “fraguó informes y ocultó evidencias”. En un comunicado de prensa, la mujer relató que el forense había sido convocado, en aquel entonces, por el juez federal de Dolores José Luis Macchi para realizar la autopsia al cuerpo calcinado del reportero gráfico.

En los resultados, Amado explicó que el fotoperiodista había recibido sólo un disparo y omitió un segundo que había sido en la cabeza. La familia Cabezas sospecha que el forense quiso crear la teoría de un crimen cometido por una sola persona. En ese examen pericial tampoco se advirtieron rastros de golpes en su cuerpo.

Al docente de Medicina también se lo acusa de permitir el ingreso de personal de Inteligencia de la Policía Bonaerense para que presenciara la autopsia en la sala de Asesoría Pericial.

El magistrado a cargo de la causa ordenó en su momento un segundo estudio del cadáver y llamó a declarar a Amado, para que explicara las entonces eventuales “irregularidades y errores cometidos en su informe forense”.

Y, en esta nueva pericia, se reveló que Cabezas había sufrido una paliza y que tenía otro disparo en su cabeza. El médico había declarado que a la autopsia la hizo “cansado y a las apuradas”.

El profesional es acusado por la familia del fotoperiodista de desviar la investigación para encubrir al poder político-judicial, y desvincular al fallecido empresario Alfredo Yabrán y sus cómplices. La familiar de Cabezas, sobre la eventual designación como titular de cátedra del médico en la Universidad Nacional de La Plata, sostuvo que “sólo las personas dignas puedan ocupar cargos públicos”.

“Al asumir ese cargo, el doctor Darío Amado será responsable de capacitar y enseñar a cientos, miles de jóvenes y quedará al frente de la cátedra de Medicina Legal, la rama de las ciencias médicas dedicada a estudiar y determinar, entre otras cosas, cómo y por qué mueren las víctimas y quiénes son sus victimarios”, cuestionó la mujer en el comunicado.

Y concluyó: “Este médico, en 1997, fue el forense que realizó la primera autopsia al cuerpo de la víctima asesinada en General Madariaga por emisarios de Yabrán y denunciado por el representante legal de la familia”.