En diciembre del año pasado se tomaron las pruebas Aprender 2021. El año anterior, a causa de la pandemia, no se habían podido realizar. En esta ocasión, se aplicó a 623.000 alumnos de sexto grado del nivel primario y en casi 20.000 escuelas de todo el país. Las autoridades educativas del Gabinete nacional reconocieron que los resultados fueron malos. “El estudio de la Unesco de 2019 ya reflejaba estos problemas. Pero la pandemia y los cuatro años de desfinanciamiento del Gobierno de Mauricio Macri los potenció”, afirmó el ministro Jaime Perczyk, en una conferencia de prensa durante la mañana del martes.

Resultados. En Lengua, la suma del 22% de niños cuyo desempeño fue básicos y el 22% que estuvo por debajo del básico da un 44% del total. Por contrario, el 33,6% tiene un nivel satisfactorio y el 22,4%, avanzado, es decir, solo 2 de cada 10 estudiantes. En Matemática, las proporciones fueron similares, con una mayor incidencia en el porcentaje satisfactorio, en detrimento del avanzado.

Comparación diacrónica. Si se analizan los datos en función a las pruebas anteriores, se puede encontrar un problema a nivel general: el segmento de chicos y chicas que no comprendía correctamente los textos era de 33,2% en 2016 y de 21,7% en 2018, lo cual demostraba un avance. Pero el 44% actual denota un retroceso importante en la materia. En Matemática, la variación fue mínima –del 42,6% en 2018 al 45,2% actual–. Pero, hay otro problema.

Por nivel socioeconómico. Según lo que informó el ministro, existe una relación directa entre el Nivel Socioeconómico (NSE) de los alumnos y su rendimiento escolar en donde los más vulnerables se ven más perjudicados. Del total de quienes forman parte del NSE alto, un 42,4% mostró un desempeño avanzado en Lengua, mientras que ese número en el NSE bajo es de apenas el 6,6%. En el mismo sentido, 7 cada 10 niños y niñas de los sectores más vulnerables no cuentan con los conocimientos mínimos en la asignatura, mientras que en el caso de los más pudientes, solo 1 de cada 10 está en esa situación.

Cada vez más exclusión. Si se hace un seguimiento de las últimas pruebas Aprender, es aún más preocupante. Si bien todos los NSE cayeron desde 2018 a la fecha en Lengua; ese año, la diferencia de puntaje entre el alto y el bajo era de 93 puntos (567,9 contra 474,9) y, en 2021, esa diferencia escaló a 109,3 puntos (523,2 contra 413,9). Es decir, los chicos y chicas más vulnerables no solo comprenden menos, sino que la brecha entre ellos y los de familias con mayor poder adquisitivo es mayor: un 18% más grande. En Matemática es todavía más grave si se compara la evolución entre el NSE medio y el bajo, la distancia actual entre ellos es casi el doble que la de hace tres años.