Está claro que la caída del Frente de Todos por 10 puntos en las PASO a nivel nacional modificó los planes del gobierno de Alberto Fernández. Toda derrota electoral oficialista deriva en el desplazamiento de figuras, claves o no, dentro de la esplanada política. Y así fue: apellidos como Guzmán, Cafiero, De Pedro, fueron los que resonaron fuerte para dar un paso al costado; aunque poco de eso ocurrió, todo fue merodeo. Las cabezas cortadas fueron otras: Frederic, Solá, Basterra, Salvarezza, Biondi y Trotta.

Con este escenario, más allá de si la puja por mover soldados la ganó Cristina o Alberto, el Presidente busca revertir los puntos perdidos para llegar a los comicios generales con la cara más lavada.

El politólogo y director del Observatorio Electoral Consultores, Julio Burdman, expresó a El Canciller que este es “un Gabinete de musculatura para ayudar a los jefes políticos locales a enfrentar mejor las elecciones de noviembre”. En ese sentido, destacó que los nuevos funcionarios serán ministros “más activos en la generación de un clima de cooperación con los gobernadores e intendentes del peronismo” y que el nuevo organigrama “está más preparado para revertir los resultados”.

Por otra parte, Raúl Aragón aseguró a este medio que el Gobierno “se dedicó a solucionar sus problemas internos por cuotas de poder, ignorando las necesidades de la sociedad y eso tiene un efecto negativo”. Para Aragón “es difícil que lo pueda revertir” porque requiere de medidas económicas con efecto "inmediato y perceptible, sino el humor social no va a cambiar”. “El rearmado del gabinete nacional tiene efecto sobre el sector más informado de la población y el mundo de la política, pero no sobre la base social”, justificó el analista de opinión pública.

Gustavo Córdoba, director de Zuban Córdoba, aseguró que el Gobierno “salió del paso” que buscó la salida "más conservadora del peronismo, una mirada más hacia el centro”. A la vez, advirtió que puede haber “guiños hacia el campo" y hacia otros sectores que no lo acompañaron. “El Gobierno tiene que generar consensos mínimos incluso con los que nunca lo van a votar”, recomendó Córdoba y agregó que debe generar la idea de un Gobierno que dialoga "con todo el mundo y que resuelve problemas”.

Tras ser consultado por los nombramientos de Aníbal Fernández y Juan Manzur -dos de los alfiles peronistas más cuestionados- a las carteras de Gabinete de Ministros y de Seguridad, respectivamente, Burdman indicó que “son designaciones positivas porque le inyectan más capacidad de gestión a áreas muy sensibles donde el Gobierno recibía muchas críticas”.

El analista político también se refirió a las críticas del sector feminista hacia Manzur y argumentó que es “una falta de apertura criticar su posición provida”.

Por otra parte, Raúl Aragón sostuvo que los que califican negativamente al Gobierno no lo hacen “por la composición” de un Gabinete sino por la gestión. Por eso, estima que el ingreso de Juan Manzur y Aníbal Fernández “no va a impactar” negativamente.

Sobre el nuevo jefe de Gabinete, Gustavo Córdoba expresó que Manzur tiene “agenda propia, un recorrido y un manual de contactos institucionales muy superiores” a los que manejaba Santiago Cafiero, hoy ministro de Relaciones Exteriores y Culto.