“¿Casco o guantes?”: por qué condenaron a Guillermo Moreno y cuál es su versión
El exsecretario de Comercio recibió una pena de dos años de prisión en suspenso y seis meses de inhabilitación para ocupar cargos públicos. Su simpático relato de los hechos.
El Tribunal Oral Federal N°8 falló este martes, con la firma de los jueces Sabrina Namer y Guillermo Toseli y la disidencia de Gabriela López Iñiguez, contra Guillermo Moreno. El exsecretario de Comercio de la Nación durante las gestiones de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner fue condenado a dos años de prisión en suspenso y seis meses de inhabilitación para ejercer cargos públicos por el delito de proferir amenazas coactivas durante una asamblea de accionistas de Papel Prensa en 2010.
¿Cómo fue el episodio?
El 12 de agosto de 2010, Moreno comenzaba su exposición en una asamblea del directorio de Papel Prensa S.A., una compañía que tiene entre sus propietarios a Grupo Clarín y al diario La Nación, pero también al Estado argentino, representado en aquel entonces por el exsecretario de Comercio. Después de unas palabras, se acercó a un asesor que le había traído una bolsa y comenzó a repartir entre los asistentes su contenido. “¿Casco o guantes? Hay para elegir”, pronunció. Tras algunas risas incómodas, explicó: “Porque el juez dijo que nos tenemos que portar bien. Y en la última vez vino un gil, me tiró una trompada y se rompió un dedo. Entonces, ahora tienen para elegir, ¿casco o guantes?”.
Acto seguido, llamó a los accionistas: “Vengan, vos y el otro tarambana. Vení pibe”. Pidió que cerraran la puerta para que no se escuche en el resto del edificio y que fueran “las mujeres allá al fondo, rapidito”. Luego, preguntó en tono amenazante: “¿Es caro ese equipo?”, respecto a la cámara que filmaba. La escena de Moreno siguió. “Esa luz me parece que se apaga”, dijo mientras desconectaba una lámpara de pie, e ironizó: “Me parece que hay un problema de electricidad”.
Allí, el exsecretario de Comercio envió a uno de sus hombres a la entrada da la habitación. “Antonio, vos a la puerta. No entra ni sale nadie”. Al mismo tiempo, otros dos hombres de su equipo se pusieron delante de la cámara para taparla y que no quedara nada registrado. “¡Acá no se va a votar bajo ningún aspecto lo que quieren los accionistas del sector privado!”, gritó desafiante, y siguió desencajado: “¡Todos mis funcionarios varones, a partir de este momento, se banca lo que tenga que bancarse; acá no se vota! ¡¿Está clarito?!”.
Su versión de los hechos
Desde la perspectiva de Moreno, la situación no es más que una anécdota. En una entrevista reciente en El Método Rebord, contó que, en la asamblea anterior, se había dado una pelea. “Ellos tenían un abogado que era de la Triple A, del comando Mazorca. Él sabía que yo había sido de Juventud Peronista”, comentó. Según el exfuncionario, esa persona había difundido un montaje donde se lo veía dentro de un ataúd, “con un balazo en la frente”, y contó que su nieta vio esas imágenes en la televisión.
“Nos frenteamos. Me dijo alguna gilada y se armó el tole tole”, relató Moreno. “El juez nos llama a todos y dice ‘no pueden ser así las reuniones, por favor! ¡Tenemos gente lastimada! La próxima vez que no haya heridos’”, siguió. “Entonces, (en la siguiente asamblea) llevo casco y guantes para que no haya lastimados”, sostuvo entre risas. "Cuando entro con la bolsa con los cascos y los guantes, los míos se empiezan a reír. El veedor judicial se divertía”, recordó. Además, admitió que formó parte de una estrategia para suspender la votación: “¿Cómo ganás una asamblea donde está (Héctor) Magnetto? Ellos tenían mayoría automática, la perdíamos”.