Tras el femicidio de Catalina Gutiérrez, la Fiscalía de Instrucción del Distrito 1 de Córdoba, a cargo de José Alberto Mana, dictó prisión preventiva en contra de Néstor Aguilar Soto, amigo de la víctima. La decisión se tomó al considerar que existen múltiples indicios de peligrosidad procesal, tanto de "fuga" como de "entorpecimiento" en la investigación.

El joven está acusado de homicidio calificado por alevosía y violencia de género contra la estudiante de arquitectura e influencer de 21 años. Él mismo confesó ser el autor del crimen al fiscaly admitió: "Me arruiné la vida y le arruiné la vida a la familia de Catalina".

En cuanto a la causa que lo incrimina, la fiscalía sostuvo que está clara "la posición de superioridad que ejercía el amigo sobre Gutiérrez, así como la violencia psicológica y simbólica que aplicó hasta el momento de quitarle la vida a la estudiante por despecho".

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Además, la fiscalía determinó que también discriminaba a la chica por su condición de "mujer" y que él se mostraba en una posición de superioridad respecto a ella.

La resolución señala que hay otro dato revelador para entender este contexto de violencia de género, el cual se advierte en las declaraciones del novio y de la madre de la joven. El agresor le habría robado las llaves del departamento a Catalina. La víctima le había contado a la madre que no las podía encontrar, pero después del crimen aparecieron en un cenicero del vehículo Renault Clio, por lo que sospechan que él las plantó después del asesinato.

Según las declaraciones de Eleonora, mamá de la influencer, el delincuente las tomó para entrar al departamento de su amiga y matarla junto a su novio. Sin embargo, solo terminó atacándola a ella. Además, en la casa del detenido también se encontró un anillo de la víctima que se habría caído tras el forcejeo al momento de su muerte. 

Por último, la investigación inicial también reveló que Soto intentó prender fuego al auto en el que se encontró el cuerpo para borrar cualquier evidencia que pudiera incriminarlo.