En el marco de la investigación por el crimen del empresario Fernando “Lechuga” Pérez Algaba, un testigo de identidad reservada dio a conocer la última conversación que tuvo con la víctima. “Maxi me cagó, estoy yendo para el campo”, fue el mensaje que le envió el comerciante el pasado 18 de julio.

Pérez Algaba se refería a Maximiliano Pilepich, con quien se reunió ese día en el partido bonaerense de General Rodríguez, en un encuentro del que también participó Nahuel Vargas. Allí, los examigos y exsocios del empresario le entregarían USD 60.000 para terminar de saldar una deuda de USD 150.000 que tenían con él.

A mí me dio miedo que pase una situación rara porque Fernando estaba yendo para el campo con un amigo y además dijo que Maxi ‘lo cagó y que le tenía que dar plata', pero desconozco si le entregó o no el dinero’”, declaró el testigo.

“El día 18 cuando intenté contactarlo nuevamente me contestó ‘estoy descompuesto, me está llevando un amigo’, y al intentar llamarlo me atendió rápidamente y me dijo ‘Estoy yendo al campo, después te llamo’”, agregó.

Luego de ese encuentro, Pérez Algaba desapareció y días después su cuerpo fue encontrado descuartizado dentro de una valija en un arroyo de la localidad de Ingeniero Budge, en el partido bonaerense de Lomas de Zamora.

Sobre la vida privada del empresario, el testigo contó que “era operador en la bolsa de valores, o que ‘trabajaba en la bolsa’”. A su vez, aseguró que nunca escuchó “conversaciones y/o audios de WhatsApp donde la víctima u otras personas se intimidaran o amenazaran”. Sin embargo, recordó que el fin de semana anterior al crimen lo notó “raro” y “distante” y remarcó: “Eso me llamó la atención”.

Qué más se sabe del caso

Luego del encuentro de Pérez Algaba con Pilepich y Vargas, su celular no volvió a activarse. Su último registro data del 18 de julio alrededor de las 18 en General Rodríguez.

Ese día, el empresario llegó al complejo “Renacer” de esa localidad bonaerense, donde se encontró con los deudores, alrededor de 17:30 y a bordo de una Range Rover Evoque blanca con techo negro, modelo 2012, que le había prestado Pilepich. Este último le entregó a Pérez Algaba USD 60.000, según declararon él y Vargas, quienes también aseguraron que se retiraron del campo y que el empresario quedó allí a la espera de que alguien pase a buscarlo.

Por el momento, la causa por el crimen tiene una sola detenida: Alma Nicol Chamorro, una mujer trans que sería la dueña de la valija donde fue hallado el cuerpo del empresario. Según la Justicia, la imputada es culpable del delito de partícipe secundaria de homicidio.