Horas después de ser condenado a cinco años de prisión por agredir y amenazar a la familia de su expareja Anabelia Ayala, quien se quitó la vida en diciembre de 2023, el exfutbolista Oscar Junior Benítez realizó el pasado miércoles una serie de posteos en Instagram que contradijeron la acusación en su contra y sumaron sospechas sobre la familia de la joven.

"Todos somos malos en una historia mal contada", sostuvo en una de las nueve publicaciones que hizo el exdelantero de Lanús y Boca, entre otros equipos, desde su celda de la Alcaidía de la ciudad bonaerense de La Plata, donde permanece detenido desde enero último, cuando, tras el suicidio de su exnovia, la Justicia suspendió su prisión domiciliaria y lo envió a la cárcel.

"Llegó la hora de contar y sacar a la vista de todos la verdad, y que puedan ver y sacar cada uno su conclusión, ya que la otra parte desde el 2021 hasta el día de hoy se encargó de inventar, ensuciar y difamar mi imagen con mentiras y sin ninguna prueba, sin más que solo dichos de dichos", señaló Benítez, de 31 años.

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Y completó: "A continuación, comenzaré a subir chats de Anabelia contándome cómo era maltratada de diferentes maneras por su padre, que ahora me quiere poner la mochila de lo que le hizo a su hija y a su mujer, Cecilia, toda la vida. Todos somos malos en una historia mal contada".

Posteriormente, Benítez subió capturas de pantalla de supuestos chats con su exnovia de 2020, en los que la joven decía: "Me cortan el wifi, me rompen la puerta, me sacan de los pelos. Basta, todo me hace mierda".

"Los voy acuchillar cuando se duerman" "yo quiero matarme y punto", destacaron entre otras imágenes de diálogos subidas por el exjugador.

Asimismo, en una supuesta conversación entre ambos, la joven, con quien mantuvo una relación extramatrimonial de cinco años, le aseguró que su familia le suministraba "pastillas de todo tipo, sin ningún tratamiento de un profesional", y que se sentía "una mierda", aunque esos medicamentos la relajaban.

En otros chats que posteó quedaba claro que la relación entre ambos estaba atravesada por los celos y que se revisaban sus celulares.

Durante el juicio, que concluyó el martes pasado, la querella solicitó la pena de ocho años y medio de cárcel, mientras que la fiscal Marcela Dimundo propuso una condena de seis años. 

Al argumentar su resolución, el juez Antonio Miguel Balicki, del Tribunal Oral Correccional N°8 de Lomas de Zamora, consideró a Benítez culpable de los delitos de daño, desobediencia y tenencia de arma de guerra en perjuicio de la familia de Ayala.

A lo largo del proceso declararon cerca de una decena de testigos y se le realizaron pericias psicológicas y psiquiátricas al exdelantero, que determinaron que tiene una estructura de personalidad con "rasgos de estilo histérico y rasgos narcisistas", aunque "comprende la criminalidad de sus actos".