Liberaron a la mujer trans que estaba detenida por el crimen de Pérez Algaba
Alma Chamorro recuperó su libertad tras un pedido del fiscal Marcelo Domínguez. "Agradezco a la Justicia, a los medios y a quienes estuvieron conmigo. Soy inocente desde el primer momento", aseguró.
Después de 23 días en prisión, la Justicia liberó este viernes a Alma Chamorro, una de las personas que estaban detenidas por el crimen del comerciante Fernando Pérez Algaba, cuyos restos fueron hallados dentro de una valija en un arroyo de la localidad de Ingeniero Budge.
“Agradezco a la Justicia, a los medios y a quienes estuvieron conmigo, como mis abogados. A través de ellos me enteré por qué estaba detenida, porque no sabía. Me atendieron muy bien. Les agradezco a todos por estar conmigo y ver que realmente soy inocente desde el primer momento”, dijo Chamorro tras recuperar la libertad.
“Yo no declaré porque no sabía por qué estaba detenida. Ahora quiero respirar aire, estar tranquila y más fuerte”, destacó.
Chamorro fue puesta en libertad después de un pedido del fiscal Marcelo Domínguez, titular de la Unidad Funcional de Instrucción 5 de Lomas de Zamora.
“Estos 23 días fueron difíciles, pero estuve contenida por mis amigos, mis sobrinos y dos de mis hermanas. Gracias a Dios que se hizo justicia”, comentó ante los medios de comunicación.
Tras la salida de Chamorro de prisión, quedaron detenidos e imputados en la causa Nahuel Vargas, Maximiliano Pilepich, el policía de la Ciudad Horacio Córdoba, Luis Contreras, Blanca Cristaldo, Matías Gil, Fernando Carrizo y la gestora Flavia Bomrad.
Fuentes judiciales dijeron que Vargas, detenido el jueves, acusó este viernes a Pilepich de haber disparado por la espalda a Pérez Algaba.
En su indagatoria de este jueves, Contreras, por su parte, había señalado a Pilepich y a Vargas como los autores del crimen, al contar que ambos llegaron a su casa durante la madrugada del 19 de julio pasado con el cuerpo del empresario ya descuartizado y le pidieron colaboración para “descartarlo”. Según este detenido, él aportó la valija roja donde colocaron parte del cuerpo de la víctima.
El móvil del crimen de Pérez Algaba, según sospecha el fiscal, fue una deuda de 50 mil dólares y 17 terrenos que Pilepich debía entregarle a la víctima. Por eso, la tarde del 18 de julio pasado, la víctima fue hasta General Rodríguez para encontrarse con el empresario y con Vargas, en la creencia de que cobraría lo que le debían.
Camino a ese campo, donde se cree pudo ser secuestrado y asesinado, la víctima reconoció en un mensaje de audio que temía por su vida y que existía la posibilidad de que fuera baleado, según las pruebas a las que se refirió Domínguez en la orden de detención que la Justicia de Garantías avaló el lunes pasado.
Luego del encuentro entre Pérez Algaba con Pilepich y Vargas, su celular no volvió a activarse. Su último registro data del 18 de julio, alrededor de las 18, en General Rodríguez.
Vargas y Pilepich aseguraron que se retiraron del campo y que la víctima quedó allí a la espera de que alguien pasara a buscarlo. Ambos están acusados del delito de homicidio cuádruplemente agravado por haber sido cometido mediante el uso de arma de fuego, con alevosía, por codicia y por el concurso premeditado de dos o más personas.
Para la Fiscalía, los sospechosos posteriormente "seccionaron y embalaron el cuerpo de la víctima, y lo arrojaron en el Arroyo del Rey, previo colocarlo en una valija de color rojo marca Brandy y en una mochila con inscripciones del Municipio de Lomas de Zamora”.
Domínguez asegura que el crimen fue planificado desde un comienzo y que la clave está en una supuesta reunión mantenida el 17 de julio en una escribanía de Hurlingham y en el encuentro del día siguiente en General Rodríguez.
Cuando se presentaron como testigos, los ahora principales sospechosos Pilepich y Vargas aseguraron que entre los dos le debían a la víctima 150 mil dólares. Afirmaron que un porcentaje (90 mil dólares) lo habían saldado en la escribanía y que los 60 mil restantes se los entregaron en mano ese martes 18.