La Policía detuvo este jueves al comisario Horacio Córdoba y a Nahuel Vargas en la causa que investiga el crimen del empresario Fernando Pérez Algaba, cuyos restos fueron hallados dentro de una valija en la localidad de Ingeniero Budge. Ya son siete los apresados por este hecho.

Mientras tanto, el principal sospechoso del homicidio, que había sido detenido el miércoles por la tarde, Maximiliano Pilepich, se negó a declarar ante la Justicia.

Córdoba quedó detenido tras declarar ante el fiscal Marcelo Domínguez, titular de la Unidad Funcional de Instrucción 5 de Lomas de Zamora, quien le imputó, al igual que a Pilepich, el delito de "homicidio cuádruplemente agravado por el empleo de arma de fuego, por concurso premeditado de dos o más personas, por alevosía, por placer y codicia".

Horas más tarde, Vargas, quien se encontraba prófugo, fue apresado por efectivos de la DDI de Lomas de Zamora y del Departamento de Homicidios de la Policía Bonaerense en una vivienda de la localidad de Castelar, donde estaba escondido.

Fuentes judiciales dijeron que Luis Contreras, otro de los detenidos por el crimen, declaró este jueves que quienes mataron al empresario fueron Pilepich y Vargas.   

Así lo indicó en la indagatoria, en la que aseguró que ambos llegaron a su casa durante la madrugada del 19 de julio pasado con el cuerpo del empresario ya descuartizado y le pidieron colaboración para “descartarlo”. Según sostuvo Contreras, él aportó la valija roja donde colocaron parte del cuerpo de la víctima.

Pilepich, en tanto, fue detenido el pasado martes en la localidad de Paso del Rey, luego del pedido de captura dispuesto por el fiscal Domínguez.

Cómo sigue la investigación

El móvil del crimen de “Lechuga” Pérez Algaba, según sospecha el fiscal, fue una deuda de 50 mil dólares y 17 terrenos que Pilepich debía entregarle a la víctima. Por eso, la tarde del 18 de julio pasado, la víctima fue hasta General Rodríguez para encontrarse con el empresario y con Vargas, en la creencia de que cobraría lo que le debían.

Camino a ese campo, donde se cree pudo ser secuestrado y asesinado, la víctima reconoció en un mensaje de audio que temía por su vida y que existía la posibilidad de que fuera baleado, según las pruebas a las que se refirió Domínguez en la orden de detención que la Justicia de Garantías avaló el lunes pasado.

Luego del encuentro entre Pérez Algaba con Pilepich y Vargas, su celular no volvió a activarse. Su último registro data del 18 de julio, alrededor de las 18, en General Rodríguez.

Vargas y Pilepich aseguraron que se retiraron del campo y que la víctima quedó allí a la espera de que alguien pasara a buscarlo.

Además de Pilepich, Vargas y Córdoba, la causa por el crimen tiene otros cuatro detenidos: Matías Gil, Fernando Carrizo, Flavia Bomrad y Alma Chamorro.  

Pilepich y Vargas están acusados del delito de homicidio cuádruplemente agravado por haber sido cometido mediante el uso de arma de fuego, con alevosía, por codicia y por el concurso premeditado de dos o más personas.

Para la Fiscalía, los sospechosos posteriormente "seccionaron y embalaron el cuerpo de la víctima, y lo arrojaron en el Arroyo del Rey, previo colocarlo en una valija de color rojo marca Brandy y en una mochila con inscripciones del Municipio de Lomas de Zamora”.

Domínguez asegura que el crimen fue planificado desde un comienzo y que la clave está en una supuesta reunión mantenida el 17 de julio en una escribanía de Hurlingham y en el encuentro del día siguiente en General Rodríguez.

Cuando se presentaron como testigos, los ahora principales sospechosos Pilepich y Vargas aseguraron que entre los dos le debían a la víctima 150 mil dólares. Afirmaron que un porcentaje (90 mil dólares) lo habían saldado en la escribanía y que los 60 mil restantes se los entregaron en mano ese martes 18.