Después de 24 años, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, volvió a Corea del Norte, donde fue recibido por el controvertido líder supremo Kim Jong-un, en una visita histórica para ambas naciones. 

El encuentro se da unos días después de la Cumbre de la Paz celebrada en Suiza, organizada por el mandatario de Ucrania, Volodímir Zelenski, a la que ninguno de los dos fue invitado.

"Desarrollaremos mecanismos alternativos de comercio y acuerdos mutuos que no estén controlados por Occidente y resistiremos conjuntamente las restricciones unilaterales ilegítimas", señaló el líder del Kremlin en una carta publicada por medios estatales norcoreanos.

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Además, reafirmó su respaldo a los esfuerzos de Pyongyang para defender sus intereses a pesar de la "presión, chantaje y amenazas militares de Estados Unidos".

La última vez que Putin estuvo allí en fue en el año 2000, dos meses después de su asunción presidencial, cuando aquel territorio estaba gobernado por el padre de Kim, Kim Jong-il.

La visita del gobernante ruso tiene una agenda muy apretada que incluirá varios formatos de encuentros bilaterales el 19 de junio, en particular una reunión ampliada y una conversación informal entre ambos. 

Además, el programa prevé un concierto de gala en honor al máximo dignatario de Rusia, una recepción de Estado y una ceremonia de ofrenda floral al pie del monumento a los soldados del ejército soviético que lucharon por la liberación de Corea del Norte durante la Segunda Guerra Mundial. 

Putin y Kim se conocieron en 2019, cuando el líder norcoreano estuvo en la ciudad de Vladivostok, en el Oriente ruso. Sin embargo, las relaciones entre ambas naciones pasaron a otro nivel después de una nueva reunión de los líderes en septiembre de 2023, cuando el norcoreano realizó otro viaje oficial y recorrió las regiones de Amur, Khabarovsk y Marítima. Además en aquella ocasión recorrió el puerto espacial de Vostochny, desde donde invitó al líder ruso a visitar su país.