A principios del mes pasado, el ex mandatario Donald Trump recibió a un puñado de aliados republicanos en su torre de Manhattan para alertarlos con un mensaje conspiracionista. "Nos van a querer robar las elecciones de medio término y tenemos que evitarlo", les dijo. A partir de entonces, se involucró en la campaña. 

Como respuesta, los estrategas de campaña del Partido Demócrata sacaron a la cancha a quien sigue siendo su figura política más valiosa, el ex presidente Barack Obama. El ex mandatario ya lleva varios días de gira por los estados en que los candidatos de su partido están más comprometidos, como Pensilvania y Arizona. 

Diez claves que motivaron el involucramiento de Obama

 Baja popularidad de Biden: Los índices de aprobación del actual mandatario estadounidense son bajos y preocupan a sus jefes de campaña. Según la última encuesta de Reuter-Ipsos, el 55 por ciento de sus compatriotas desaprueba su gestión y no son muchos los que estarían dispuestos a votarlo. Ante ese escenario, se revaloriza la estrategia demócrata de darle protagonismo a Obama durante esta campaña dada su buena imagen.

 Aumento de la inseguridad: la tasa de homicidios está en aumento muchas regiones de Estados Unidos. De hecho, han aumentado los asesinatos en masa entre civiles. Ante esto, Obama tiene un discurso opuesto al tradicional planteo republicano que responde al "lobby armamentista". Por caso, Donald Trump ha criticado en más de una oportunidad que los demócratas traban o impiden legislaciones o iniciativas gubernamentales para que los ciudadanos puedan armarse y protegerse a sí mismos. 

 Problemas económicos: la pandemia y la guerra entre Rusia y Ucrania están generando serios problemas en muchos países. Lógicamente, Estados Unidos no es la excepción y Obama lo sabe. Por eso, parte del discurso demócrata radica en defender los derechos laborales en el Congreso y en implementar políticas laborales en estados demócratas como Pennsilvania, entre otros.

• Discusión sobre el aborto: temas como la interrupción voluntaria del embarazo han entrado en la agenda pública movilizando a un grupo de votantes que no siempre suele salir a las urnas (mujeres de suburbios, por ejemplo), inclinando la balanza a favor de los demócratas. En ese marco, Obama es un impulsor y un defensor de expandir derechos a las minorías y a los sectores más vulnerables.

Obama se pone al hombro la campaña demócrata

•  Expectativa ante el fortalecimiento de la derecha: en estos comicios de medio término se descubrirá si buena parte del electorado sigue respondiendo a Trump y sus candidatos, o si el tradicional partido de la derecha norteamericana dejará atrás al magnate y promoverá nuevos liderazgos. En ese marco, también se sabrá si aumenta el caudal electoral de los republicanos con respecto a las pasadas elecciones, si se mantiene, o si disminuye, lo cual beneficiaría al sector político que se referencia con Barack Obama.

• Defensa del Status Quo: el sector republicano que responde a Donald Trump propone una política más disruptiva que incomoda a los demócratas. Muchos republicanos tienen un discurso radicalizado en contra de instituciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS) o incluso la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En ese marco, la postura de Obama (y de muchos demócratas) es respetar las tradicionales instituciones sobre las cuales se vinculó el Gobierno de los Estados Unidos. 

 Oposición a Trump: parte de la disputa política entre los demócratas y los republicanos tiene que ver con el desafío de vencer al sector que responde a Donald Trump. De hecho, algunos analistas creen que si los republicanos vuelven a candidatear a Trump en las próximas elecciones, los demócratas no descartarían en candidatear a Obama también. No obstante, esto aún son simples rumores sin demasiado sustento. 

 Conservar el control del Senado: De las 100 bancas en el senado federal (2 por cada estado), hay 35 en juego en esta elección. Actualmente, los demócratas controlan el senado con 48 bancas propias, dos bancas independientes que suelen votar con ellos, y el voto que desempata de la vicepresidente Kamala Harris, quien preside la Cámara alta. Según las encuestas, los republicanos podrían llegar a ganar alguna banca más de la prevista si aumentan el caudal electoral, por lo cual es estratégico y necesario usar la figura de Obama para consolidar el voto en 

 Cámara de Representantes: en la Cámara baja, se obtiene el control de la cámara con 218 bancas. Los demócratas tienen el control con 221 bancas, contra 212 escaños de representantes del Partido Republicano. Si bien es cierto que muchos tienen su reelección casi asegurada, hay 81 bancas en verdadera disputa, es decir, en las que los dos partidos tienen posibilidades de ganarlas o perderlas. Ante ese escenario, se entiende que los demócratas apelen a una figura con buena imagen como Obama para sumar más cantida de votos.

 Gobernaciones en disputa: son varias los estados que tendrán también elecciones ejecutivas. Entre ellos, algunos se presuponen republicanos (como Florida y Ohio), mientras que en otros distritos se espera un claro triunfo demócrata (como Colorado y Pensilvania). No obstante, en Arizona, Georgia, Nevada y Wisconsin, las encuestas dan un empate entre los candidatos demócratas y republicanos. Por eso, los demócratas hicieron campaña con Biden, Hillary Clinton y Barack Obama en varios de estos distritos para poder ganarle la pulseada a los republicanos.

Obama se pone al hombro la campaña demócrata