La división irreconciliable que impera en Venezuela expuso hoy su flanco más ingrato, luego de que los camiones que poseían la ayuda humanitaria extranjera fueran incendiados y se perdieran millones de alimentos y medicamentos. De los funestos sucesos surgió una nueva disputa entre el oficialismo y la oposición: ¿de quién vino la órden para quemar los vehículos?

Si bien periodistas enviados y ciudadanos venezolanos le adjudican los delitos al gobierno de Nicolás Maduro -mediante la Guardia Nacional Bolivariana-, el presidente asegura que los hechos fueron orquestados por Juan Guaidó, quien implantó un "falso positivo" para culparlo y erosionar así su imagen a nivel local e internacional.

Pese a que las primeras informaciones indicaban que los camiones habían sido incendiados por las fuerzas de seguridad en el puente fronterizo que une la ciudad colombiana de Cúcuta con la localidad venezolana de Ureña, algunas imagenes registraron que el fuego se inició en el lado colombiano de la frontera.

El lanzamiento del operativo humanitario provocó que Maduro anunciara la ruptura de las relaciones políticas y diplomáticas con el gobierno de Colombia, así como la clausura de las fronteras terrestres con Brasil y el cierre total del espacio aéreo y marítimo del territorio venezolano. 

Más allá de las acusaciones cruzadas por lo ocurrido en las fronteras, el primer mandatario del país petrolero logró su cometido al impedir la intervención extranjera. No obstante, sus determinaciones lo aislaron aún más en el contexto internacional. En el horizonte, las posibilidades de que llegue la ayuda para las 250.000 personas en situación de vulnerabilidad se configura como una incógnita.