El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, instó este viernes a Israel a detener temporalmente su ofensiva militar en la Franja de Gaza para permitir el ingreso de ayuda humanitaria, pero no encontró eco en el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien condicionó ese pedido a que el grupo terrorista Hamas libere a las más de 240 personas que secuestró el 7 de octubre pasado, cuando perpetró un sorpresivo ataque que dejó unos 1.400 muertos.

Blinken llegó a Oriente Medio por segunda vez en menos de un mes, tratando de equilibrar el apoyo de Washington a Netanyahu por el mortífero ataque a ese país llevado a cabo por la organización islamista, que controla el enclave palestino, con la preocupación por las víctimas civiles que ha dejado la potente respuesta militar de Israel.

Aunque Estados Unidos ha mantenido su firme apoyo al Estado judío, su retórica se ha ido desplazando cada vez más hacia respaldar la ayuda humanitaria para Gaza, la adopción de medidas para evitar la muerte de civiles y el establecimiento de pausas en los combates para facilitar las labores de liberación de los rehenes.

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En una conferencia de prensa, Blinken pidió una pausa humanitaria que permita la entrada de ayuda en Gaza, que desde hace semanas, bajo el asedio de Israel, que el fin de semana pasado complementó sus bombardeos con una impresionante incursión terrestre, está sin agua y sin electricidad, y con la totalidad de sus comunicaciones cortadas.

El funcionario estadounidense, el principal diplomático del presidente de ese país, Joe Biden, aseguró que debatió con Netanyahu y el gabinete de guerra israelí cómo, cuándo y dónde se pueden aplicar las pausas y qué entendimientos deben alcanzarse.

Poco después, Netanyahu rechazó la idea en una declaración televisada. “Dejé claro que continuamos con toda nuestra fuerza y que Israel no aceptará un alto el fuego temporal que no incluya la liberación de nuestros rehenes”, comentó.   

Al igual que Israel, Estados Unidos ha rechazado los crecientes llamamientos internacionales a un alto el fuego, pero ha tratado de persuadir a Israel para que acepte pausas localizadas. 

Las autoridades sanitarias de Gaza afirman que más de 9.000 personas, entre ellas más de 3.800 niños, han muerto desde que Israel inició su contraofensiva.