La vuelta de Donald Trump al poder en Estados Unidos promete muchos cambios en la administración del país norteamericano. Uno de ellos está relacionado al área comercial: este viernes, la vocera presidencial Karoline Leavitt confirmó que se le impondrán aranceles a los productos importados de los tres principales socios del país, Canadá, México y China. Mientras que a sus vecinos del norte y del sur le aplicarán un impuesto del 25%, a la nación oriental la gravarán con uno del 10%.

"El Presidente va a imponer el 25% de aranceles a México y Canadá, y el 10% a China por el fentanilo ilegal que producen y que permiten distribuir en nuestro país y por los migrantes que entran ilegalmente en Estados Unidos", aseveró Leavitt. 

Otra de las razones de la medida, según declaró el propio Trump, es "la gente que llega a EEUU de manera tan horrible y en tanta cantidad".

También mencionó que no arancelar los productos de estos países significa "subsidiar" sus economías, lo que genera un déficit en la potencia norteamericana. 

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La medida no fue bien recibida por los países afectados. El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, aseguró que responderá con contundencia a las tarifas anunciadas por Trump: "Nadie, en ninguno de los dos lados de la frontera, quiere ver aranceles estadounidenses sobre los productos canadienses".

"Hoy me reuní con nuestro Consejo Canadá-Estados Unidos. Estamos trabajando arduamente para evitar estos aranceles, pero si Estados Unidos sigue adelante, Canadá está listo para dar una respuesta contundente e inmediata", agregó el mandatario.

La presidente de México, Claudia Sheinbaum, también respondió con una advertencia y señaló que "a un arancel se le sumará otro", antes de considerar que la medida no va a detener la crisis migratoria.

Además, en conferencia de prensa, dijo que actuará con frialdad: "Vamos a esperar, como siempre he dicho, con la cabeza fría, tomando las decisiones. Estamos preparados y mantenemos este diálogo".

A pesar de que desde China todavía no llegó una respuesta a la medida de Trump, se espera que en los próximos meses se desate una guerra comercial entre las dos potencias. Esta decisión proteccionista del republicano era esperada por la comunidad internacional, que asegura que los orientales no se quedarán de brazos cruzados.