Al menos 34 personas murieron este viernes tras un fuerte sismo de magnitud 6,8 registrado en el suroeste de Marrakech. El movimiento telúrico sembró el pánico en esa ciudad de Marruecos, donde a través de las redes sociales se observó cómo cientos de personas salían corriendo de los edificios.

El sismo se produjo a 71 kilómetros al suroeste de Marrakech, con una profundidad de 18,5 kilómetros, a las 23.11 hora local (22.11 GMT).

Videos que han sido difundidos en las redes muestran importantes daños en algunas calles de la ciudad y, aunque todavía no ha habido reportes oficiales de víctimas, medios marroquíes, citando fuentes locales, refirieron de 27 muertos en la región de Marrakech y de otros siete en la provincia de Uarzazat, 200 kilómetros al sur, según consignó la agencia AFP.

El temblor se sintió desde la ciudad de Marrakech hasta la capital marroquí, Rabat, según el portal Yabiladi, que ha calificado el fenómeno como “violento” y “destructivo”.

El epicentro estaría entre Marrakech y Agadir, dando lugar a temblores generalizados en las ciudades de Safi, Essaouira, Casablanca, Rabat, Salé, Kénitra, Fez y Meknes, entre otras. 

En Marrakech, llamativas grietas se abrieron en el campanario de la Iglesia Católica, en la parte nueva de la ciudad. Las líneas telefónicas se interrumpieron y gran parte de esa antigua e imperial urbe quedó a oscuras.

Sofía Catalá, una española residente en el centro de Marrakech, explicó a la televisión que durante el terremoto “se empezó a mover el suelo como en un bombardeo”. “Pensé que se caía el edificio. Ahora está todo el mundo en la calle en pijama”, añadió.

Marruecos experimenta terremotos con frecuencia en su región septentrional, debido a su posición entre las placas africana y euroasiática.

En 2004, al menos 628 personas murieron y 926 resultaron heridas cuando un terremoto golpeó Alhucemas, en el noreste del país.

El terremoto en El Asnam, en la vecina Argelia, ocurrido en 1980 y de magnitud 7,3, fue uno de los sismos más destructivos de la historia contemporánea. Dejó un saldo de 2.500 fallecidos y al menos 300.000 personas sin hogar.