Luna-25, la primera sonda lanzada por Rusia hacia la Luna desde 1976, impactó contra la Luna, tras un incidente ocurrido el sábado durante una maniobra previa a su alunizaje, que estaba previsto para el lunes. El primer intento ruso por alcanzar la superficie del satélite natural de la Tierra después de décadas parece un intento por involucrarse en la que Estados Unidos reconoció este año como una carrera espacial con China por conquistar el universo.   

A través de un comunicado oficial, Roscosmos, la agencia espacial federal de Rusia confirmó el impacto de la aeronave y dijo que "según los resultados preliminares" de la investigación, el aparato “dejó de existir tras una colisión en la superficie lunar”. 

Además, en el mismo texto las autoridades explicaron que, horas antes del accidente, habían perdido contacto y comunicación con la nave: “El aparato se desplazó a una órbita impredecible y dejó de existir como resultado de una colisión con la superficie de la Luna”. 

Por otra parte, señalaron que en las próximas jornadas "una comisión interministerial" se encargará de averiguar "las razones" del incidente que causó "la pérdida" de Luna-25.

Frente al presidente ruso, Vladimir Putin, el director general de Roscosmos, Yuri Borisov, declaró en junio pasado que "las probabilidades de éxito de estas misiones se estiman en un 70%".

Rusia y su intento por sumarse a la carrera espacial

Aunque las misiones a la Luna son muy difíciles, y muchos intentos estadounidenses y soviéticos han fracasado, Moscú no había intentado una misión lunar desde Luna-24 en 1976, cuando el líder comunista Leonidas Brézhnev gobernaba el Kremlin.

Rusia compite con India, cuya nave espacial Chandrayaan-3 tiene previsto alunizar esta semana en el polo sur de la Luna, y con China y Estados Unidos, ambos con ambiciones lunares avanzadas en su puja por conquistar primero el espacio.

Al conocerse la noticia del fracaso del Luna-25, la Organización de Investigación Espacial de la India (ISRO) publicó en X, antes Twitter, que el Chandrayaan-3 iba a alunizar el próximo 23 de agosto.

Las autoridades rusas esperaban que la misión Luna-25 demostrara que el país puede competir con las superpotencias.

Anatoly Zak, creador y editor de www.RussianSpaceWeb.com, que rastrea los programas espaciales rusos, señaló que Moscú había apostado por el alunizaje, mucho más ambicioso, antes de emprender una misión orbital más sencilla, práctica habitual de la entonces Unión Soviética, de Estados Unidos, China e India.

Aunque Luna-25 fue más allá de la órbita terrestre -a diferencia de la fallida misión Fobos-Grunt de 2011 a una de las lunas de Marte-, el accidente podría afectar al programa lunar de Rusia, que prevé varias misiones más en los próximos años, incluido un posible esfuerzo conjunto con China.

Los científicos rusos se han quejado en repetidas ocasiones de que el programa espacial se ha debilitado por culpa de  gestores deficientes, ávidos de proyectos vanidosos pero poco realistas, la corrupción y el declive del rigor del sistema educativo científico postsoviético ruso.

Mientras tanto, la economía rusa, de 2 billones de dólares, enfrenta su mayor desafío externo en décadas: la presión de las sanciones occidentales por la invasión a Ucrania.

Carrera espacial de Estados Unidos y China

El administrador de la NASA, la agencia espacial estadounidense, reconoció semanas atrás la batalla que existe en la materia entre su país y China.

“Hay una carrera espacial entre China y Estados Unidos. Sabemos gracias a nuestros telescopios y a nuestras naves que orbitan la Luna que hay agua en el Polo Sur de la Luna. Si hay agua en abundancia, entonces tenemos hidrógeno y oxígeno, es decir, tenemos combustible para cohetes. Y por eso China anunció que va a ir al Polo Sur”, precisó el director de la NASA, Bill Nelson, durante una visita reciente a la Argentina.

"Nosotros vamos al Polo Sur en una misión que va a ser internacional, es una misión con fines pacíficos para toda la humanidad. Ustedes decidan cuál es el objetivo de China, yo no se los voy a decir", agregó Nelson, en alusión a unos supuestos fines oscuros del gigante asiático en la conquista lunar.