El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, reconoció por primera vez este domingo que autorizó personalmente el ataque a los sistemas de comunicación efectuado contra el movimiento libanés Hezbollah en septiembre, cuando estallaron en simultáneo decenas de beepers de los integrantes del grupo extremista.

El portavoz del premier, Omer Dostri, expresó a la agencia internacional AFP que, durante una reunión del Consejo de ministros semanal, Netanyahu afirmó haber dado luz verde a esa operación, la cual no había sido reivindicada hasta la fecha.

El 17 de septiembre pasado, una explosión masiva y simultánea de los dispositivos de localización -también conocidos como "pagers"- se produjo en Siria y el Líbano, con el blanco puesto en miembros del grupo chiita. Las detonaciones sincronizadas causaron al menos 12 muertos y casi 4.000 heridos.

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El ataque significó un duro golpe para la agrupación. Si bien se creía que el estallido había sido producto de un hackeo israelí, hasta el momento no se habían producido declaraciones oficiales al respecto.

Durante una serie de declaraciones recientes, Netanyahu manifestó: "Nunca permitiremos que se repitan los horrores de la historia. Nunca nos rendiremos, ni al antisemitismo ni al terrorismo. Continuaremos defendiendo a nuestro país y a nuestros ciudadanos en todas partes, frente a cualquier amenaza, especialmente la iraní".

En la misma línea, en el vídeo difundido por su oficina, agregó sobre los recientes ataques a israelíes en suelo holandés: "Se trata de un antisemitismo peligroso que pretende dejar a los judíos y a su país indefensos, privarlos del derecho a la vida".

En otro orden de cosas, Netanyahu informó que mantuvo tres llamadas con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, desde su triunfo el pasado 5 de noviembre y enfatizó en que justamente la "amenaza iraní" fue uno de los temas centrales entre ambos.

Israel mantiene desde fines de septiembre de 2024 una intensa campaña de bombardeo sobre el Líbano contra el grupo proiraní Hezbollah, lo que intensificó el conflicto bélico entre los dos estados que son archirrivales regionales históricos.