La candidata avalada por el expresidente Rafael Correa, Luisa González, ganó este domingo las elecciones en Ecuador, pero con un porcentaje de votos que no le alcanzó para evitar la segunda vuelta, por lo que deberá definir la jefatura del Estado en octubre frente al empresario Daniel Noboa, candidato de Acción Democrática Nacional, en una jornada en la que el dato saliente fue el desarrollo pacífico de los comicios luego de semanas de violencia que incluyeron balaceras y el asesinato de uno de los aspirantes presidenciales la semana previa.

González obtuvo el 33,25% de los votos totales, y podría convertirse en la primera mujer ecuatoriana en ser elegida presidenta por el voto popular si el 15 de octubre vence en el balotaje a su competidor más cercano, Noboa, quien alcanzó el 23,73% de los sufragios. 

Ecuador solo tuvo en toda su historia a una mujer al frente del Palacio de Carondelet, Rosalía Arteaga, en 1997, pero fue temporal tras la destitución de Abdalá Bucaram.

Completaron los primeros puestos de la elección del domingo Christian Zurita -quien reemplazó al asesinado candidato Fernando Villavicencio- del Movimiento Construye, con un 16,33%; y luego Jan Topic, de Juntos Triunfaremos, con un 14,6%.

El triunfo de la candidata correísta pareció ratificar la recuperación de la fuerza que orienta el expresidente ecuatoriano, después de que ganara en las regionales de febrero varias ciudades, entre ellas Quito y Guayaquil, las dos principales del país. Desde Guayaquil, justamente, Noboa, que se definió como "el candidato de la juventud", y destacó en la noche del domingo que fue "el pueblo de Ecuador el que ha ganado".

En medio de la ola de violencia, más de 13 millones de ecuatorianos eligieron a quienes definirán en la segunda instancia electoral al reemplazo del presidente saliente Guillermo Lasso, quien disolvió la Asamblea Nacional y llamó a elecciones anticipadas, en un país sumido en una crisis que en las últimas semanas registró ataques a políticos y balaceras, además del asesinato de Villavicencio.

González y Noboa, al igual que el resto de los candidatos, se comprometieron a luchar contra el fuerte aumento de la delincuencia, que el gobierno actual atribuye a las bandas de narcotraficantes, y mejorar la economía en apuros, cuyos problemas han provocado un aumento del desempleo y la migración.

"Este Ecuador valiente, este Ecuador con sentimiento de Patria se movilizó, fue, rompió el miedo, le dio más peso a la esperanza de un cambio y votó por una mujer y por la Revolución Ciudadana", dijo González ante sus simpatizantes.

Por su parte, Noboa, ahora el contrincante directo de Gonzáles en octubre, señaló ante periodistas en Guayaquil: “Hay una alianza importantísima que llevamos conversando en este tiempo, que es la alianza con el pueblo y con esa es la que ganaremos la segunda vuelta”.

Ataques cibernéticos

Una página web habilitada para que algunos ecuatorianos residentes en el exterior emitieran su voto sufrió ataques cibernéticos, dijo la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), quien destacó que la integridad del proceso no se vio afectada.

"La plataforma de voto telemático sufrió ataques cibernéticos que afectaron la fluidez para acceder a la votación", aseguró Diana Atamaint. “Aclaramos también y hacemos énfasis que los votos consignados no han sido vulnerados”, agregó la presidenta del CNE, quien especificó que el intento de boicot para votantes en el extranjero se lanzó desde India, Bangladés, Pakistán, Rusia, Ucrania, Indonesia y China.

Más del 82% de los que están obligados a votar lo hicieron, dijo Atamaint. Sufragar es obligatorio para quienes tienen entre 18 y 65 años en el país sudamericano.

González ha prometido utilizar 2.500 millones de dólares de las reservas internacionales para apuntalar la economía si es elegida y traer de vuelta los programas sociales implementados por Correa, quien ha sido condenado por corrupción, durante su década en el poder.

Noboa, hijo del destacado empresario bananero y excandidato Álvaro Noboa, aparentemente ganó apoyo después de un buen desempeño en el único debate televisado de la campaña. Fue legislador hasta que el actual presidente Lasso disolvió la Asamblea y llamó a los comicios anticipados. 

Los ecuatorianos también votaron para elegir a los 137 miembros del Congreso disuelto que se reactivará. Revolución Ciudadana también lideraba el conteo de escaños nacionales en la Asamblea Nacional, con el 40% de apoyo.

Una elección manchada de violencia

Pese a la calma que se vivió en materia de seguridad durante los comicios, la delicada situación de violencia y tensión era tal que quedó de manifiesto durante la votación de los principales candidatos: González asistió al centro de sufragio protegida por militares, mientras que Noboa se acercó a votar con chaleco antibalas.

En la víspera de las elecciones presidenciales, otro de los aspirantes presidenciales, el exvicepresidente Otto Sonnenholzner, denunció haber “sufrido” una balacera en las cercanías del lugar donde desayunaba con su familia. La Policía afirmó que el hecho no tenía connotaciones políticas, sino que estaba vinculado con la persecución y posterior detención de unos delincuentes que habían cometido un robo en un local comercial cercano.

En un video que circuló en redes sociales se vio al candidato preparándose para posar para una foto con una seguidora en un restaurante, cuando se escuchaban los disparos y la gente del lugar buscaba resguardo.

Mientras las autoridades atribuyen la creciente violencia en Ecuador al crimen organizado con vínculos con el narcotráfico, el país acabó 2022 con una tasa de 25,32 homicidios por cada 100.000 habitantes, la cifra más alta de su historia.

El último sábado, el alcalde de la localidad costera de La Libertad, Francisco “Pancho” Tamariz, también aseguró haber recibido una balacera mientras se desplazaba en auto con su esposa. En julio pasado fue asesinado Rider Sánchez, candidato a asambleísta por la provincia de Esmeraldas, de la coalición política que apoya a Sonnenholzner.

En esa espiral de violencia es que se produjo el 9 de agosto pasado el asesinato del periodista Villavicencio, quien había puesto el foco en combatir la corrupción y las mafias del narcotráfico, y días antes de ser baleado había denunciado amenazas de muerte procedentes presuntamente de Adolfo Macías “Fito”, el capo de la banda criminal Los Choneros.

Villavicencio se encontraba participando de un encuentro en el colegio Anderson, en la capital del país, cuando un hombre arremetió contra él y le disparó. El político fue trasladado a la clínica de La Mujer, donde falleció.