A la espera de que su condena por agresión sexual quede firme o sea revocada, Dani Alves, excompañero de Lionel Messi en Barcelona, pagó una fianza de €1.000.000 y obtuvo la libertad provisional.

Como parte de la penalidad circunstancial establecida hasta el final del juicio, se le retiraron sus dos pasaportes -español y natal-, se le prohibió aproximarse o comunicarse con la víctima y deberá presentarse semanalmente en el juzgado.

A finales de febrero, Tribunal Superior de Justicia de Cataluña resolvió condenar al segundo máximo asistidor en la carrera de Messi a cuatro años y seis meses de prisión, cinco años de libertad vigilada, restricción de acercarse a la denunciante durante 9 años y 6 meses y una indemnización para la mujer de €150.000.

La Justicia argumentó en su nueva resolución que "la función de la prisión provisional no puede ser en ningún caso la de adelantar los efectos de una hipotética pena que pudiera serle impuesta al acusado o la de impulsar la investigación del delito u obtener pruebas o declaraciones, ya que con tales fines la privación de la libertad excedería de los límites constitucionales reconocidos en el art. 17 de la Constitución Española".

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Dani Alves asegura que la relación fue consentida (Foto: NA)

En la audiencia en la que se conoció el fallo que condenó a Alves, el Tribunal indicó que había "quedado acreditado que la víctima no consintió y que existen elementos de prueba, además del testimonio de la denunciante, para dar por probada la violación".

En España, una denuncia por violación se investiga bajo la acusación general de agresión sexual y las condenas pueden conllevar penas de cárcel de entre 4 y 15 años.   

Ambas partes podrán apelar esta sentencia, ya que todavía no quedó firme. La defensa de la denunciante había solicitado 12 años de prisión, mientras que la Fiscalía había pedido nueve. En tanto, Inés Guardiola, abogada del brasileño, había reclamado la absolución, ya que el exjugador había declarado, en más de una oportunidad, que la relación había sido consentida. 

En su testimonio ante la Justicia, Alves aseveró que había pactado previamente con la joven que mantendrían relaciones sexuales en el baño. "Todo lo que pasó y no pasó allí dentro solo lo sabemos ella y yo", manifestó en una entrevista.

Y siguió: "Yo entré detrás de ella. Ni cerré la puerta con el pestillo. La puerta estuvo abierta en todo momento, podría haberse ido porque yo permanecí sentado prácticamente todo el rato sobre la tapa del inodoro".

En ese sentido, sostuvo que trata de buscar una explicación a la conducta posterior de la víctima: "Se me ocurre que hay alguien que le aconsejó mal... Que se sintió mal después de hacerlo, que dio un paso adelante y que no supo salir del lío en el que se metió y en el que me metieron".