El plan de inmunización contra el coronavirus sigue su curso en el país, y por estas horas llegaron noticias esperanzadoras desde el plano internacional. Estados Unidos, la Unión Europea y Rusia aceptaron debatir la liberación de patentes de vacunas, de modo que se puedan producir mundial y masivamente sin propiedad intelectual ni restricción económica alguna. 

La base de esta medida sería la derogación temporal -mientras dure la pandemia- de los postulados que contempla el Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual. Algunos de ellos, por ejemplo, detallan los derechos de quienes producen o crean un insumo: “Cuando la materia de la patente sea un producto, el (derecho) de impedir que terceros, sin su consentimiento, realicen actos de: fabricación, uso, oferta para la venta, venta o importación para estos fines del producto objeto de la patente”. 

A su vez, se explicita que “cuando la materia de la patente sea un procedimiento”, existe el derecho “de impedir que terceros, sin su consentimiento, realicen el acto de utilización del procedimiento y los actos de: uso, oferta para la venta, venta o importación para estos fines de, por lo menos, el producto obtenido directamente por medio de dicho procedimiento”. 

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 75% de las vacunas contra el COVID que se aplicaron en el mundo fueron recibidas por 10 países desarrollados. Hasta principios de año, además, al menos 130 naciones no habían recibido ninguna dosis. 

Los pioneros de la propuesta para liberar las patentes de vacunas fueron India y Sudáfrica. La campaña comenzó en octubre de 2020 con una presentación ante la Organización Mundial del Comercio (OMC). De acuerdo a la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF), concretar esta decisión “permitiría a todos los países no otorgar ni hacer cumplir las patentes y otras medidas de propiedad intelectual en medicamentos, vacunas, pruebas de diagnóstico y otras tecnologías de COVID-19 mientras dura la pandemia, hasta que se logre la inmunidad de grupo mundial”. 

Estados Unidos consideró a través de su representante comercial, Katherine Tai, que si bien defiende la propiedad intelectual, apoya la liberación de patentes para poder ponerle fin a la pandemia. Por parte de la UE fue la presidenta de la comisión, Ursula Von der Leyen, quien se mostró en un tono similar al de Estados Unidos y abrió las conversaciones al respecto en el bloque. 

Asimismo, esta mañana, el mandatario ruso Vladimir Putin se alineó con esta postura en una conferencia de prensa: “Rusia apoyaría tal enfoque. No debemos pensar en extraer beneficios máximos al combatir el coronavirus en el mundo, sino en proteger a las personas”, dijo. Desde Francia se sumó su presidente, Emmanuel Macron: “Evidentemente, debemos convertir esta vacuna en un bien público global". 

Argentina apoyó la moción presentada ante la OMC y ahora, tras la histórica apertura al debate de la UE y Estados Unidos, el presidente Alberto Fernández mostró su alegría en redes sociales. “Desde un principio, incluso en el G20, ha remarcado que es imperioso que las vacunas sean un bien público global. Reitero nuestro compromiso con promover un sistema efectivo de concesión de licencias que reconozca las patentes, pero que garantice la oferta global de vacunas”. 

Lo propio hizo el canciller Felipe Solá en Twitter, recibiendo “con alegría el respaldo del gobierno de Joe Biden a la suspensión de las patentes de las vacunas contra el Covid”, ya que “implica una gran posibilidad de aumento de la producción” y “muchos países podrán verse liberados de esa limitación”.

De avanzar la iniciativa, los países quedarían habilitados para fabricar sus propias vacunas. Sin embargo, esto quedará atado a la capacidad de cada nación por hacerse de los componentes necesarios y tener la capacidad de elaboración. Si bien es un paso alentador, no resolvería de manera inmediata el problema de escasez que afecta a la mayor parte del mundo.