"Nuestro Presidente tiene muy claro hacia dónde queremos que vaya la economía argentina. El plan hoy es administrar la emergencia". La frase fue pronunciada este miércoles por Martín Guzmán, en un reportaje con TN, y causó resquemor en el establishment. Es que si bien este viernes se cumplen 120 días de cuarentena estricta en el Área Metropolitana de Buenos Aires para atenuar la propagación del nuevo coronavirus, cuyos efectos obligaron al gobierno nacional a focalizar toda su maquinaria en la cuestión sanitaria y la contención social, la administración de Alberto Fernández no ha trazado hasta el momento una estrategia económica visible para la salida de la pandemia.

Menos de 24 horas después de esas afirmaciones, el ministro de Economía buscó llevar tranquilidad a distintos ejecutivos locales de la producción. En una videoconferencia que se extendió por más de una hora, aseguró que la reactivación del mercado interno será el "motor central" de la recuperación, advirtió la esencialidad de fomentar las exportaciones para robustecer la estabilidad de la balanza de pagos y mencionó a la reforma tributaria como un instrumento que pergeña la Casa Rosada para incentivar la generación de empleo.

El bosquejo de Guzmán reviste importancia en medio de los incesantes apremios del Círculo Rojo, que observa cómo se desploma la actividad a niveles históricos -26,4% de caída interanual en abril y 30 meses consecutivos en recesión- y apunta a diario contra el académico de la Universidad de Columbia por su falta de precisiones.

Mientras la recaudación cae a niveles estrepitosos por culpa de la pandemia, el gasto público crece para evitar un mayor deterioro estructural y la falta de acceso al mercado de deuda le impide al país financiarse con apoyo externo, el gobierno apela a la creación de moneda como único remedio para capear el vendaval y el resultado es la mayor emisión monetaria de los últimos 30 años.

En este contexto, economistas, empresarios y referentes de la oposición hacen fila para criticar la supuesta inacción del discípulo de Joseph Stiglitz. El ex presidente del Banco Nación, Carlos Melconian, afirmó meses atrás que Guzmán era un "ministro de la deuda". Martín Redrado, titular del Banco Central bajo la órbita de Néstor y Cristina Kirchner, cuestionó esta semana la escasa previsibilidad de la economía nacional: "Para lograr hacia el futuro un promedio de 3,5% de crecimiento anual y bajar la inflación a un dígito en 2025, se necesita aumentar la tasa de inversión del 14 al 21% y la tasa de exportaciones de 13 al 18%. Para hacer eso, a su vez, se necesita un programa global a nivel fiscal, monetario y que brinde un horizonte que la economía ahora no tiene".

La oposición, que le reclama al ministro un plan desde su primera presentación en el Parlamento -a mediados de febrero, tras la gira por Europa para cosechar apoyos por la renegociación con los bonistas- volvió a manifestar sus reclamos este lunes, en la reunión de los legisladores de Juntos por el Cambio con Fernández por la plataforma Zoom. Tras la cumbre, el senador Martín Lousteau comentó que el Presidente afirmó tener un proyecto para la pospandemia, pero no reveló cartas sobre la mesa. "Tengo un plan para el día después, que enviaremos al Congreso", se limitó a esbozar el primer mandatario. Mientras tanto, sigue postergando la mencionada creación de un Consejo Económico y Social para comenzar a desandar la crisis.

Vale una salvedad: el 14 de mayo, a casi dos meses del inicio del confinamiento a nivel nacional, Fernández anunció, junto a la ministra de Desarrollo Territorial y Hábitat María Eugenia Bielsa, el plan federal Argentina Construye. El Presidente informó que el Estado invertiría $29.000 millones en la construcción de 5.500 viviendas, la refacción de 42.900 hogares y la entrega de 200.000 microcréditos. El proyecto apunta a crear 750.000 puestos de trabajo.

En un reportaje reciente, el titular del Palacio de Hacienda deslizó, ante integrantes del FMI y el Banco Mundial, que está "abierto a discutir reformas estructurales". Este jueves, frente a ocho empresarios, Guzmán ratificó que la Argentina necesitará de esas transformaciones para ir hacia "una estructura productiva inclusiva, dinámica y que garantice la estabilidad macroeconómica".

"Trabajar en la consistencia macroeconómica es para nosotros esencial y tener un sistema de incentivos que genere un campo nivelado es un objetivo de este Gobierno", enfatizó. En ese sentido, mencionó el proyecto de "armonización tributaria" en el que trabaja el gobierno, el que dará, según dijo, "estímulos a la generación de empleo, al mismo tiempo que se fortalece la sostenibilidad fiscal".

Consultado por este medio, el economista Marcelo Elizondo coincidió con la visión del ministro. "Si no hay un plan para recuperar equilibrios macroeconómicos, no se generará confianza. Tenés que formular lineamientos previsibles y creíbles en términos de consistencia fiscal y configurar una política monetaria muy sana. Está claro que la de hoy no lo es. Vos no podés seguir emitiendo para financiar el gasto, y absorber con Leliqs. Es esencial, además, un equilibrio entre el sector público y el privado. El sector público debe jugar un rol menor del que tiene hoy en la economía, eso le permitirá al privado invertir, ahorrar y consumir", analizó.