Tomás Karagozian: "A los industriales lo peor que nos puede pasar es tener que despedir"
El presidente de la Unión Industrial Argentina Joven explica cómo las fábricas se readaptan por el coronavirus. Proyectos y desafíos de cara al futuro.
La economía sufre el avance de la pandemia. El presidente de la UIA Joven, Tomás Karagozian explica qué rol tienen los industriales en este momento y las medidas necesarias para reactivar el sector.
Karagozian está a cargo de la parte operativa y de recursos humanos de TN&Platex, una de las empresas textiles más importantes de la Argentina. Ante el coronavirus y el aislamiento, el dirigente industrial explica los planes y desafíos que tienen por delante.
La situación es bastante dramática y oscura. El 80% del sector industrial está frenado y el otro 20% produce bienes esenciales como alimento y medicina. Algunos industriales están empezando a a readaptar su producción. Por ejemplo, la gente que hacía ropa deportiva ahora está haciendo tapabocas o cofias. Los que están trabajando tienen distintos problemas, también hay mucho miedo y presión. En conjunto con el sindicato, y a través del diálogo, estamos tratando solucionar los posibles problemas que surgen en el día a día. La orientación de la política es correcta, pero la implementación está fallando. Y si no se le da más velocidad a las decisiones, hay muchas empresas que van a tener mayores conflictos.
No sé si depende de la política, porque a veces depende de otros sectores. Si vos establecés que un sector preste dinero y no lo está haciendo, al final la implementación falla por otros motivos. No soy quién para decir quién está haciendo mal las cosas, pero si para decir que desde la UIA pedimos que para las empresas que están frenadas, el dinero de los préstamos para pagar sueldos debería estar a tasa 0. Se tomaron medidas para compañias de menos de 100 personas. Pero hoy todas las empresas, no importa el tamaño, están en grandes dificultades. Y si se te cae una empresa de 500 personas afecta también a los 200 o 300 que abastecen.
Hay varios problemas en ese tema. Muchas empresas no reciben créditos y les bajan los subsidios. Entonces en la situación más dramática de todas, las empresas no solo no recibimos financiamiento, sino que nos lo sacan. En ese sentido, la política es quién tiene que ver la forma para que el dinero llegue a las compañías más rápido. Si no es por el canal actual, hay que mejorar ese proceso para que llegue o hay que encontrar otros canales. No soy un especialista en la parte financiera, pero sí comprendo la difícil situación de la industria. Si no llega el dinero no van a poder pagarle a nadie. A los industriales lo peor que nos puede pasar es tener que despedir.
Son la minoría los despidos, no hay masivos. Sí algunos están trabajando en suspensiones con los sindicatos. La verdad que al día de hoy, los industriales están bancando muchísimo la situación. Pero si no entra dinero, no se podrá pagar sueldos. El promedio de cheques rechazados de abril en muchos sectores es del 50% y 55%. Si las empresas no producen y no cobran obviamente no van a poder pagar.
[recomendado postid=108312]
El diálogo es muy fluido y bueno. La UIA habla con los sindicatos, los movimientos sociales y la política. Hoy entendemos que la única forma de salir de este gran lío en el que estamos es en equipo, trabajando todos juntos, sin grietas. Por suerte en la diaria hay discusiones o debates, pero siempre tratamos que sean desde un espacio de consenso. Aunque hay una buena llegada, todavía nosotros no podemos asegurar que las compañías puedan subsistir si no producen durante abril, no se cómo van a hacer para pagar sueldos.
Hay que ver porque es un sector muy heterogénero. No es lo mismo la realidad de los alimentos, de la medicina, los metalúrgicos, los textiles o la pintura. Todos tienen distintos clientes y apuntamos a diversos segmentos. El textil que apunta a la venta directa se ve afectado porque no se sabe cuando abrirán los shoppings, entonces no podemos vender. Cada sector tendrá su salida, hay que planear distintas estrategias, pero no hay una sola. Si hay lugares más alejados de la Ciudad que están planeando una salida progresiva. Igualmente una cosa es que te dejen producir y otra que puedas vender. Por eso tenemos que tomar las decisiones con mucha cautela, para que las empresas no se expongan aún más.
Desde la UIA se está elaborando un protocolo de cómo vamos a trabajar. Hay que respetar la distancia social, los cuidados de higiene, los trabajadores no se podrán juntar en espacios reducidos como en los vestuarios. Hay un montón de decisiones que van a volver muy compleja la forma de producir. El protocolo se prepara por si llega a haber un caso positivo de coronavirus en nuestras fábricas, porque nosotros necesitamos prepararnos para ver la manera de solucionar esa posible situación. Pero, sin dudas, va a ser muy complejo.
Hay muchas empresas que readaptaron su producción, incluso una dirigente de la UIA Joven hacía textiles para la minería, pero como no está funcionando está haciendo carpas hospitalarias. Otro hacía mesas de madera y ahora está preparando su producción para hacer camas de madera. También los que hacían solventes hacen alcohol en gel al 70% su concentración. Los industriales tenemos que hacer todo lo posible para subsistir, algunos son más flexibles que otros, dependiendo de cómo esté armada la compañía. Ideas sobran pero lo que falta es plata.
La UIA es apartidaria. De última hacemos política industrial. En ese sentido tenemos un mayor acercamiento al gobierno que crea que el desarrollo industrial nacional es importante. La orientación del Gobierno actual es un poco más cercano a nuestra postura que la anterior gestión. Venimos con buen entendimiento con el Gobierno que a los tres meses de asumir, le cayó la pandemia más importante de los últimos tiempos.
Sí, y el COVID-19 demuestra la importancia de la producción nacional. Había un mundo que iba a la especialización y hoy lo más relevante es la adaptación de las compañías. A los que no valorizan tener una industria sólida, el coronavirus les demuestra que tener una matriz productiva que va cambiando su producción de deportiva a hacer barbijos, convalida que los industriales son importantes. Esto nos va a dejar una gran enseñanza. No somos una generación en contra de las importaciones o que quiera producir el 100% de los productos. Todo tiene que ser en la medida justa, hay que trabajar en los ejes de competitividad sistémica, porque el precio de un producto está compuesto en su mayor porcentaje por impuestos. Y al tener una matriz solida nos puede orientar a tener un capitalismo más consciente.