Martín Guzmán no descansa en su misión de concretar un "reperfilamiento" de la deuda pública de Argentina.

Con la media sanción en Diputados al proyecto de Sustentabilidad de la Deuda, el ministro de Economía consiguió tener más espalda para renegociar tanto con el Fondo Monetario Internacional, como con los acreedores privados.

Y mientras aguarda que el Senado de carácter de ley, Guzmán tiene las valijas listas para viajar el 5 de febrero a Roma. En el Vaticano, el economista participará de la jornada "Nuevas formas de fraternidad solidaria de inclusión, integración e innovación", organizado por el propio papa Francisco.

Allí se verá las caras con Kristalina Georgieva, la titular del FMI. Será la segunda vez que se verán las caras, luego de su encuentro (secreto) en Washington, cuando Guzmán era aún un desconocido para la opinión pública.

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Stiglitz

Pero el evento en Roma le servirá a Guzmán volver a ver a su "padrino académico", Joseph Stiglitz. El ganador del Nobel de Economía por su investigación en asimetría de información en los mercados también está confirmado como en la Jornada de Economía.

Cabe destacar que el economista estadounidense -uno de los favoritos de Cristina Kirchner- había destacado a Guzmán, cuando el Presidente lo había elegido para ocupar el despacho más grande de Hacienda. "Argentina eligió al hombre adecuado en el momento adecuado para reactivar la economía", escribió en su columna de opinión en The Guardian y agregó que "es uno de los principales expertos mundiales en deuda soberana".

La función de Stiglitz no terminaría allí. Se sabe que el economista tiene peso propio en el mundo de las finanzas y, en principio, viene anticipado a los mercados que deberán aceptar un cambio en los compromisos de deuda. En ese sentido, el martes expresó a la BBC que "los acreedores no deberían haber prestado tanto dinero" al gobierno de Mauricio Macri y que "no hicieron préstamos prudentes". "Yo culpo a los mercados de capitales; no culpo a Argentina", comentó.

También volvió a destacar a su alumno en la Universidad de Columbia. "Creo que tienen una comprensión probablemente insuperable de la macroeconomía y la deuda. El ministro de Economía es un excelente economista que ha hecho su carrera estudiando deuda, macroeconomía y reestructuraciones de deuda", completó.

Default

Pero, a la vez de echarle culpas al propio mercado, Stiglitz aseguró que un default no sería beneficioso, ni para Argentina ni para los bonistas.

"Alrededor del 50 por ciento (de los procesos de canje) termina con una crisis en cinco años. No quieren meterse en eso. Entonces quieren resolverlo. No es una solución temporal, sino una solución real. Y eso requerirá alguna forma de reescribir el contrato para hacerlo sostenible", completó.