El problema de la inflación es una constante en Argentina. Su solución varía según la perspectiva de distintos economistas. Para el diputado nacional de Juntos por el Cambio Luciano Laspina, “es como una neblina en la que no sabés bien dónde estás parado”. El referente del PRO en temas económicos dialogó con El Canciller sobre ese tema y definió: “Es una rueda que empieza a girar y después es muy difícil entender cuáles son las causas; y en donde tenés un solo lubricante que permite que siga girando: la emisión monetaria”.

- Hay un proceso inflacionario en el mundo. Países como Estados Unidos, España o Alemania están registrando índices récord. En ese contexto, y con la inflación que estamos viendo hoy en el país ¿qué grado puede adjudicársele a esa coyuntura y qué grado es responsabilidad del Gobierno argentino?

Es responsabilidad total del gobierno. Ese aceleramiento inflacionario en el resto del mundo tiene que ver con un reacomodamiento de precios relativos pospandemia. Se armó un cuello de botella de demanda reprimida en el mundo desarrollado. En Argentina el proceso es distinto, no hay una demanda reprimida que haya explotado. Más bien todo lo contrario, el salario real está cayendo y la inflación tiene que ver estrictamente con una emisión monetaria que el año pasado fue de casi 2 millones de pesos y este año va camino a ser algo similar. Además, la gran desconfianza en el peso genera brecha cambiaria. Eso reduce la liquidación de exportaciones, el Gobierno se ve obligado a frenar importaciones y esa falta genera el mismo problema que hay en Europa pero por la parte de importaciones y no de la oferta.

- ¿En Argentina no hubo una demanda reprimida que después explotó con la flexibilización del aislamiento?

Seguramente hubo algo de eso. Pero estamos hablando de niveles inflacionarios del 60%, bajo ningún punto de vista se podría justificar por una aceleración puntual de la demanda. Más allá de que el consumo sigue bastante aletargado, no tenemos un fenómeno de explosión de la demanda que implique un recalentamiento de la economía. Estamos en una estanflación, un estancamiento de más de 10 años y una inflación que va a acelerando porque a medida que el Gobierno emite más y más, le quita confianza al peso. Se ve primero en el salto del dólar, y después en el resto de los bienes, como siempre ha pasado en Argentina.

- Hay economistas que plantean que el aceleramiento de los últimos meses puede estar siendo motorizado en parte por ese contexto global.

Uno puede discutir si una inflación del 8, 9 o 10% tiene alguna causa puntual de precios relativos, de semiconductores, de cuellos de botellas, de si la demanda o el mercado laboral está recalentado. Son las discusiones del primer mundo: discusiones de un dígito, no de dos. Cuando vos tenés casi 60% de inflación, es imposible que no haya un proceso fiscal y monetario por detrás. No existe inflación de dos dígitos sin déficit monetizado. Y si el Gobierno no logra enderezar rápido lo fiscal, la Argentina va camino a una inflación de tres dígitos.

Luciano Laspina en la Cámara baja.
Luciano Laspina en la Cámara baja.

- ¿La emisión es, entonces, la única razón de los índices que estamos viendo?

El fenómeno central que motoriza la inflación es la emisión monetaria, por supuesto. Y además, la desconfianza en el peso. Es una rueda que empieza a girar y después es muy difícil entender cuáles son las causas. En esa rueda, vos tenés un solo lubricante que permite que siga girando: la emisión monetaria. Es lo único que puede encender o parar la inflación.

- Eso genera desconfianza en los mercados...

El Gobierno, al no crear un programa económico y al tomar medidas de populismo económico, hace que el que tiene pesos trate de huir de ellos anticipando una futura devaluación. Y eso pega en los precios. Es un fenómeno complejo, pero todos coinciden en lo mismo: no hay ninguna forma de frenar la inflación si no equilibrás las cuentas fiscales y monetarias.

- ¿En la gestión de Mauricio Macri no se emitió en buena medida?

Primero hay que aclarar algo: una vez que la inflación empieza, es un animal de mil cabezas que es muy difícil de combatir. Para bajar la inflación que Argentina arrastra hace 10 años, se requiere un plan mega estructurado y mucho apoyo político. La inflación es como una neblina en la que no sabés bien dónde estás parado. El gobierno de Macri heredó el déficit fiscal de Cristina (Fernández de Kirchner) y postergó durante dos años gran parte de esas correcciones. Y al hacerlo, generó condiciones de mayor vulnerabilidad financiera.

- ¿Pero fue alta o baja la emisión?

En ese periodo, el Banco Central fue controlando la oferta monetaria a través de las Lebacs que, en definitiva, son oferta monetaria diferida. En 2018, cuando se acabó el refinanciamiento de las Lebacs, hubo que imprimir para pagarlas. Eso llevó a una gran desconfianza en el mercado que hizo que saltara el precio del dólar, que terminó acelerando la inflación. Ahora, aunque el gobierno de Macri hubiese frenado la emisión de un día para el otro, la inflación muchas veces opera con inercia.

- ¿Cómo se explica lo que plantea el Gobierno de que la expansión de la base monetaria en los últimos meses está yendo por debajo de los índices de inflación?

No se puede mirar mes a mes, porque la política monetaria opera con rezago y dependiendo las circunstancias. Hay que mirar las grandes tendencias. El año pasado hubo una aceleración de la expansión, básicamente se duplicó la base monetaria para financiar al Tesoro. Una parte de esos pesos, el Banco Central los absorbe con Leliqs. Y el tema está en que, para el mercado, eso es inflación futura.