A pocos días de terminar el mes y con el objetivo de evitar una aceleración de la inflación, el Gobierno resolvió este jueves dar marcha atrás con los aumentos en las tarifas de luz y gas previstos para julio, a la vez que decidió reducir los ajustes sobre el impuesto a los combustibles, aunque las naftas podrían aumentar un 7%. 

Con respecto a los servicios públicos, el Ejecutivo decidió contemplar la estacionalidad, es decir, el mayor consumo debido a la época invernal.

En principio, el freno a los incrementos será sólo para las tarifas del mes entrante, con la intención de sostener la recuperación del poder adquisitivo de la población.

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En este marco, desde la secretaría de Energía indicaron que "si un consumidor en junio gastó exactamente el mismo consumo que en julio, su factura tendrá el mismo monto a pagar".

De todas formas, la boleta del corriente contempla el aumento anunciado a principio de mes, cuando el Gobierno modificó los topes de consumo máximos subsidiados y las bonificaciones sobre los precios mayoristas de energía eléctrica y gas natural para los usuarios N2 (ingresos bajos) y N3 (ingresos medios).

Esta suma fue definida de acuerdo al Período de Transición establecido por el Decreto N°465/2024, que pretende pasar de un régimen de subsidios generalizados a uno focalizado. De esta forma, se podrá determinar cuál es la asistencia que brinda el Estado a los usuarios "según su capacidad de pago y que alcanza hasta un límite de consumo limitado mediante el reconocimiento de un pago menor (bonificación)".

Tomando una factura de electricidad con un consumo promedio de 250Kw, el aumento en las diferentes categorías será el siguiente:

  • N1 (ingresos altos): una boleta de $24.710 pasará a $30.355 (+23%), cifra que se mantendrá en julio en caso de tener el mismo consumo.
  • N2 (ingresos bajos): pasa de $6.295 a $12.545 260 (+99%). 
  • N3 (ingresos medios): pasa de $6.585 a $16.850 (+156%).

En el caso del gas, el incremento tarifario establecido para junio es 9,2% para el segmento N1; de 33% para el N2 y de 10% para el N3.

En cuanto a los combustibles, el impuesto iba a actualizarse un 115% y el impacto en los surtidores de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) hubiera sido del 18%. Sin embargo, desde el 1° de julio el tributo que afectará los precios de la nafta y el gasoil subirá sólo un 1%, según informaron desde la secretaría de Energía a Energy Report. De esta forma, las petroleras fijaron un tope de aumento del 7% ante la caída de ventas.