El Banco Mundial advirtió que Argentina debe lograr superávit fiscal para bajar la inflación
Además, el organismo anticipó una caída del 2,5% del PBI para 2023 y fue más optimista para 2024, pronosticando un crecimiento de 2,8%.
El Banco Mundial pidió este miércoles más ajuste fiscal en la Argentina para bajar la inflación y empeoró la proyección de recesión para 2023 en el país. El organismo multilateral anticipó una caída del PBI del 2,5%, lo que representa una suba de 0,5 puntos porcentuales adicionales desde el último informe. Para 2024, fue más optimista, sumando ese medio punto porcentual y elevando el crecimiento a 2,8%.
Respecto de las perspectivas de crecimiento en la región, el Banco Mundial actualizó su previsión y las proyecciones mejoraron para América Latina y el Caribe, que crecerá 2% en 2023, ligeramente por encima del 1,4% proyectado anteriormente, pero "aún por debajo del de todas las demás regiones del mundo", destacó el informe.
En este contexto, Argentina y Haití son los países con peor previsión para 2023 y los únicos que sufrirán una recesión.
El economista jefe del banco multilateral para América Latina, William Maloney, aseguró en una conferencia de prensa en Washington que si bien la Argentina atraviesa un nivel inflacionario alto, todavía no ve un riesgo de hiperinflación.
Sobre las posibles fórmulas para solucionar el tema, indicó que el objetivo es lograr superávit fiscal y mantener la disciplina en las cuentas públicas.
Consultado sobre la alternativa de la dolarización que propone Javier Milei en caso de imponerse en los comicios presidenciales, si bien reconoció que puede ser útil por el manejo de expectativas y por la limitación natural de emisión, advirtió que, de todas maneras, si no hay una reforma fiscal, se van a producir otras distorsiones y problemas. "La fórmula es equilibrio en las cuentas públicas y una actitud seria del gobierno para el control de la inflación", aseguró.
Al respecto, consideró que países como Brasil y Chile han logrado adoptar las medidas correctas para reducir la inflación y bajar así las tasas de interés de sus bancos centrales, a diferencia de la Argentina, que tiene la tasa nominal más alta de la región, aunque se mantenga negativa en términos reales.
"Por otro lado, es razonable seguir destacando que tener cuentas fiscales disciplinadas y bajas tasas de un crecimiento monetario apropiado es absolutamente clave para controlar la inflación, y hasta que podamos controlar las cuentas fiscales no hay alternativa", remarcó el economista.
"La inflación regional, exceptuando Argentina y Venezuela, se ubica en 4,4 por ciento, comparado con 6,4 por ciento en los países miembros de la OCDE y 8,6 por ciento en Europa oriental", señaló.
En ese sentido, dijo que en la mayoría de los países de América Latina y el Caribe las expectativas de inflación se mantienen controladas y se prevé que se cumplan las metas de los bancos centrales para 2024. "Esta lucha exitosa es, en parte, un reflejo de factores externos: los precios de los alimentos y los combustibles han descendido desde los niveles elevados observados inmediatamente después de la invasión rusa a Ucrania, aunque la inflación subyacente, que sustrae estos costos, sigue siendo persistente", sostuvo el informe.
El Banco Mundial señaló que América Latina y el Caribe lograron importantes avances en resiliencia macroeconómica en las décadas anteriores y atravesaron las múltiples crisis de la post pandemia con relativo éxito. Sin embargo, de acuerdo con un nuevo reporte del organismo, el crecimiento sigue siendo insuficiente para reducir la pobreza y crear empleos, mientras las restricciones fiscales limitan la posibilidad de hacer las inversiones necesarias.
El Banco Mundial tiene una cartera de créditos de USD 8.920 millones con la Argentina en 28 proyectos y este año el país recibirá USD 2.005 millones, según la estrategia acordada con el Gobierno. Esta deuda y la del BID ya equivalen al 50% de los pasivos que el país mantiene con el FMI.