El Gobierno argentino y el Fondo Monetario Internacional (FMI) mantendrán desde el próximo viernes un diálogo directo por la redacción final del documento que defina la segunda renegociación del acuerdo por el crédito de USD 45.000 millones que mantiene el país con el organismo multilateral.

Las gestiones, que se mantuvieron desde el momento en que Javier Milei fue elegido Presidente, se desarrollaron en plena concordancia dado que el programa económico de la nueva administración resulta más severo que cualquier imposición del organismo.

La clave es la eliminación del déficit fiscal y la posibilidad de llegar rápidamente a un superávit primario, que deje margen para servir la deuda en moneda extranjera.

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En el último pacto firmado con el exministro de Economía Sergio Massa, en agosto, el FMI había aceptado para 2024 un déficit primario de 0,9% del PBI. Pero Milei propuso llevarlo a cero, lo cual es casi una sorpresa para el staff del organismo que, ahora, duda en la capacidad política y social para su implementación.

De allí la presencia en Buenos Aires del jefe del Departamento Occidental, Luis Cubeddu, y su segundo, Ashvin Ahuja, quienes se entrevistarán el próximo viernes con el ministro de Economía, Luis Caputo; el jefe de Gabinete, Nicolás Posse; y autoridades del Banco Central. 

Pero además de la intención de Milei de barrer con el déficit fiscal del país, las herramientas propuestas son las que siempre reclamó el organismo.

  • Baja de salarios en la administración pública (se hará vía licuación por inflación).
  • Baja de las jubilaciones (también se reducirán en porcentaje del PBI por efecto de la inflación).
  • Quita de subsidios (ya se anunciaron aumentos en las tarifas de los servicios públicos).
  • Reducción  de los gastos estatales (se harán con la supresión de ministerios, subsecretarias y otros gastos).
  • Limitación de la obra pública (se suspendieron nuevas licitaciones y se buscará un esquema con participación privada).
  • Devaluación del tipo de cambio (ya fue hecha y se espera una corrección mensual de 2%).
  • No intervención y desregulación del mercado de cambios (el Banco Central está tomando medidas en ese sentido casi a diario).

“Se ha progresado rápidamente en el dialogo formal con los organismos internacionales, incluyendo el FMI. El objetivo central es despejar la incertidumbre en torno a los desembolsos pactados, con vistas a atender los futuros vencimientos de capital. Esa incertidumbre responde a la obligación que enfrenta la Argentina de iniciar el proceso formal de solicitud de una dispensa (waiver) por el incumplimiento de las metas acordadas en agosto de este mismo año”, dijo el Banco Central en un reciente informe.

La autoridad monetaria añadió que “el Gobierno hará los esfuerzos necesarios para restablecer la vigencia del acuerdo firmado con el Fondo y llevará a cabo negociaciones adicionales que contribuyan a mejorar las condiciones de financiamiento vigentes”.

Otro dato clave es el pedido del Ejecutivo argentino de postergar un vencimiento de USD 1.900 millones con el FMI, previsto para fin de mes.

En caso que las negociaciones continúen por los carriles actuales, antes del cierre de enero el Directorio del organismo podría aprobar el nuevo pacto, en el que Argentina podría recibir unos USD 3.600 millones de piso.

Con ese dinero, se devolverían los USD 960 que prestó la CAF en diciembre y se pagarían los vencimientos de enero y febrero (USD 900 millones).

De esta forma, el Banco Central podría utilizar parte de las reservas acumuladas, cerca de USD 3.000 millones, para atender alguna de sus obligaciones pendientes.