A pesar de las altas expectativas que había de cara a 2024, la ola de calor que se registró a fines de enero y principios de febrero fue un golpe de realidad para el potencial de la cosecha, lo que derivará en una caída de la producción de soja y maíz. 

Si bien para ambos cultivos se esperaba una "súper campaña", un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario advirtió que bajaron las estimaciones en cuanto a las toneladas de cosecha. A pesar de esto, los últimos cálculos avizoran un salto de USD 10.000 millones respecto al año pasado.

En el caso de la soja, la entidad recordó que entre 2010 y 2020 la Argentina superó la valla de las 50 millones de toneladas de producción en siete oportunidades. El ciclo 2023/24 parecía ser una oportunidad única para superar dicho nivel, pero "en virtud de la condición del cultivo la primera estimación realizada apunta a una cantidad por debajo de lo esperable en las primeras proyecciones, calculándose ahora la posibilidad de obtener 49,5 millones", lamentó la Bolsa rosarina.

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En otro tramo del informe, detallaron que a partir del 17 de enero "se instaló una ola de calor muy larga y severa que dio vuelta el escenario". "Además, ocurrió en un momento muy sensible de la soja de primera, que forzó el aborto de chauchas. Si se compara esta estimación con la proyección de principios de enero, el deterioro de los cultivos llevó a un fuerte recorte de 2,5 millones de toneladas", agregaron.

"El ambiente de alta productividad en el que se desenvolvía la campaña de soja 2023/24 hasta el 17 de enero hacía posible llegar a los máximos potenciales productivos en Buenos, Aires, Córdoba y Santa Fe. Pero los recortes de febrero son contundentes", señalaron en el informe. 

Con respecto a la soja de segunda, hubo caídas en los rindes potenciales del orden del 40% al 60% y numerosas áreas perdidas, estimadas en "750.000 hectáreas" no cosechables, detalló el escrito. 

Por último, la Bolsa de Rosario vaticinó una caída de 3,4% frente a la de enero: "Se prevé una producción de maíz 2023/224 de 57 millones de toneladas. Al igual que en la soja, las expectativas al 17 de enero eran muy distintas. El ambiente de alta producción también hacía pensar en una excelente campaña maicera".