Después de dos mandatos consecutivos de Rodolfo D'Onofrio, los socios de River irán a las urnas el 4 de diciembre para elegir al próximo presidente de la entidad. El actual mandatario termina su ciclo con altísimos niveles de popularidad, apuntalados por grandes éxitos deportivos, entre ellos, la histórica Copa Libertadores de 2018. También con algunas críticas a la gestión económica del club.

D'Onofrio, que se va sin haber podido cumplir el sueño del estadio nuevo, designó como su posible sucesor al empresario Jorge Brito, que lo acompañó como vice en sus dos mandatos, y que representa la continuidad de lo que el oficialismo denomina la "filosofía River".

En esta oportunidad, Brito estará acompañado por Matías Patanian, que también fue vicepresidente durante la gestión D'Onofrio, y por Ignacio Villarroel, hoy secretario del Club, y hombre clave a lo largo de los últimos ocho años. Son los grandes favoritos para quedarse con el triunfo: una encuesta reciente les otorga alrededor del 64 por ciento de intención de voto.

En la vereda de enfrente, la oposición la lidera Antonio Caselli, de Primero River, un habitual animador de las elecciones en el club, que ya enfrentó ya este mismo oficialismo en 2013 y en 2017. En uno de los pocos golpes de efecto de la campaña, y aunque todavía no sea oficial, estará acompañado por David Trezeguet, quien además podría hacerse cargo del fútbol profesional, en caso de un triunfo.

Caselli viene de gerenciar durante dos temporadas el Burgos CF, del ascenso español, con el que consiguió el objetivo que se había planteado: llegar a la Segunda División. Lo hizo junto a algunas glorias recientes riverplatenses, como Marcelo Barovero y Leonardo Pisculichi.

Su salida del Burgos estuvo marcada por críticas cruzadas con los nuevos accionistas (y anteriores propietarios del club). Mientras fue cuestionado por las deudas que habría dejado su administración, Caselli se encargó de subrayar el aumento en la valuación del Burgos, que, según advierte, se multiplicó.

Además de Caselli, hay por lo menos otros dos candidatos de la oposición que forman parte de febriles negociaciones de cara al armado de un frente único. Uno de ellos, Luis Belli, formó parte de los inicios de la gestión de Caselli en Burgos, hasta donde había llegado para hacerse cargo de la administración, pero se volvió a Buenos Aires a los pocos meses, en desacuerdo con el rumbo que se había adoptado.

De lleno en la campaña, Belli se propone como el candidato decidido a hacer un club moderno para los socios, con fuerte énfasis en el "River social" y en la infraestructura, acaso una materia pendiente de la actual conducción.

A pocos días del cierre de alianzas, quienes conocen el entramado político de River dan pocas chances de que Caselli y Belli confluyan en un armado único. En todo caso, imaginan que Brito terminará enfrentándose a Caselli y a un candidato más, que surja de la unión de Belli con los otros dos candidatos que aspiran a suceder a D'Onofrio: Carlos Trillo y Leonardo Barujel.

Trillo es un viejo conocido del club y tampoco es su primera aventura electoral. Ya fue candidato en el 2017, cuando terminó tercero, detrás de -justamente- D'Onofrio y Caselli. Entre sus hitos de los últimos años están "la bandera más larga del mundo" y también la estatua de Marcelo Gallardo.

En el inicio de la campaña, Trillo fue uno de los más entusiastas promotores de la "unidad" de la oposición, aunque esa posibilidad se fue diluyendo a medida de que se tornó innegociable su posición de encabezar cualquier fórmula.

El cierre de listas será el próximo martes. Hasta ese entonces, continuarán las reuniones, los llamados y los chats tratando de ordenar la oposición. El 4 de diciembre será la hora de la verdad.