De perder cuatro finales a los cuartos de Wimbledon: el cambio mental de Pella en el 2019
"¿Qué cambió en mí este año? Mi mente, siempre mi mente". La frase la pronunció Guido Pella el viernes, después de vencer en el estadio central de Wimbledon, por la tercera ronda, al sudafricano Kevin Anderson (8º en el ránking mundial). El sueño londinense guardaba un capítulo extra: el tenista argentino le ganó en un maratónico partido al canadiense Milos Raonic (17º en el escalafón) y se instaló en los cuartos de final del torneo más longevo del tenis profesional.
¿A qué se refería el bahiense cuando apuntaba a un cambio en el aspecto mental? A sus 29 años, atraviesa el mejor momento de su carrera. Sin embargo, cinco meses atrás la historia era bien distinta.
Había perdido la final del ATP 250 de Córdoba ante su compatriota Juan Ignacio Londero y acumulaba cuatro derrotas en cuatro finales disputadas. La obtención de un título en la elite del tenis parecía cada vez más lejana; él mismo se confesó como una persona negativa.
La carrera de Pella dio un vuelco en marzo, cuando se consagró en el ATP 250 de San Pablo. Al sacarse ese peso de encima, sumó confianza y fue el jugador con más partidos ganados en la gira de polvo de ladrillo. En mayo, tras alcanzar los cuartos de final en los ATP de Montecarlo, Barcelona y Múnich, consiguió su mejor posición histórica en el ránking (21º).
Hoy ubicado en el puesto 26º, pisa fuerte en el césped londinense. Hasta entonces, solo Guillermo Vilas, David Nalbandian y Juan Martín Del Potro habían logrado meterse entre los ocho mejores del tercer Grand Slam del año.
Previo a esta edición de Wimbledon, no había logrado arribar a los octavos de final de ninguno de los cuatro majors -Australia, Roland Garrós y US Open, los restantes-. Tampoco había cosechado buenos números en césped esta temporada: perdió en la primera ronda de los dos torneos que disputó antes de llegar a Londres.
Tras remontar dos sets en contra e imponerse por 8-6 en el quinto parcial, el gesto que hizo cuando Raonic erró el último slice fue evidente: "No lo creo, no lo creo". "Es la primera vez en mi vida que me siento importante", declaró luego. Siempre disponible para representar al país en la Copa Davis, fue el único jugador que participó de las cuatro series en el histórico campeonato de 2016, pese a que no actuó en la final contra Croacia.
El miércoles, se las verá con el español Roberto Bautista Agut (23º). En los dos enfrentamientos que tuvieron, cayó derrotado -el más reciente, este año, por 4-6, 6-4 y 6-0 en los cuartos de final del ATP de Múnich-. Con la confianza que acumula, la historia puede ser diferente esta vez.