La pandemia del coronavirus modificó por completo la dinámica de la vida cotidiana, y todo el mundo tuvo que adaptarse, de diferentes maneras, a la nueva realidad. En ese marco, la ciudad costera de Pinamar recibe desde el 2020 a una gran cantidad de nuevos habitantes, que buscan en ella un cambio de aire motivado por esta nueva normalidad. Según Juan Ibarguren, su secretario de Turismo y Desarrollo Económico, “ya hay cerca de 5.000 personas” que tomaron ese camino.

En diálogo con Radio Rivadavia, Ibarguren explicó el trasfondo de este fenómeno: “Alquilan su departamento en Buenos aires o en donde estén, y tratan de buscar lugares alejados de las grandes ciudades. Pinamar está rodeado de naturaleza, y eso hace que sea una ventaja”. Asimismo, destacó que este particular movimiento migratorio trajo aparejado un leve aumento del consumo y una mejora en la economía interna.

La propia municipalidad que comanda Martín Yeza otorga facilidades para los dudosos: el sitio Respirá Pinamar “se ocupa de atender cuatros ejes principales: vivir, estudiar, invertir y visitar” la localidad. Las cifras que manejan las autoridades reflejan que el 80% de los nuevos pobladores viene del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) o de 600 kilómetros a la redonda. “Por ahí se vienen seis meses y prueban si le gusta. Hay mucha gente que ya se vino”, comentó Ibarguren.

En la misma línea, el funcionario detalló lo que consideran “el efecto pandemia”: “Hay mucha gente que viene por teletrabajo mientras disfruta de la ciudad”. Además, entró en detalles sobre los nuevos, o no tanto, vecinos de la ciudad: “Hay propietarios que tienen casa acá, viven en otras ciudades y están aprovechando sus casas para venirse en pandemia, pasar varios meses acá y escaparse de las grandes localidades y de contagiarse”.

Los números que grafican este fenómeno pandémico se obtienen cruzando los datos del mercado inmobiliario y los alquileres temporales, en informes detallados. La diferencia entre habitantes y capacidad hotelera es un abismo histórico en Pinamar: hay plazas para más de 300.000 personas, mientras que en invierno viven apenas unas 45.000. Esa brecha, cuenta Ibarguren, también empieza a cerrarse.

“Estamos teniendo un invierno con más movimiento económico que otros años: se nota más gente los fines de semana”, destacó el ministro, quien insiste: “Pinamar tiene un estilo de vida espectacular”.