El 3 de diciembre de 2015, a una semana de la asunción de Mauricio Macri como Presidente de la Nación, Marcelo Tinelli sufrió un duro revés en su intención de llegar a la conducción de la AFA. El escándalo del 38 a 38 lo alejó de la entidad madre del fútbol argentino y durante los cuatro años de gestión de Cambiemos se refugió en San Lorenzo, como vice de Matías Lammens. Los nuevos tiempos políticos y su influencia dentro del engranaje del Frente de Todos lo catapultaron a un rol central: con el retorno de la Primera División a las oficinas de Viamonte, será el titular de la futura Liga Profesional de Fútbol, integrará el Comité Ejecutivo de AFA y es el encargado de renegociar los derechos de televisión.

Con café y medialunas de desayuno, este martes se comenzó a cocinar la próxima etapa del fútbol nacional. La eliminación de la Superliga ya era un hecho. Bien temprano, 23 dirigentes se acercaron hasta el microcentro porteño para definir la proclama que más tarde le comunicarían a Mariano Elizondo, CEO de la actual competición. Aunque no hizo falta el cónclave programado en Puerto Madero: el propio Elizondo presentó la renuncia en horas del mediodía junto a la del vice primero, Jorge Brito.

Mariano Elizondo. FOTO NA
Mariano Elizondo. FOTO NA

La dimisión de Brito, vice primero de River y alfil de Rodolfo D'Onofrio, no fue algo menor. A lo largo de los últimos tres años, en Núñez fueron los únicos que se opusieron de plano a las directrices de Claudio Tapia y, con un apoyo total al modelo Superliga, obtuvieron un lugar privilegiado en la toma de decisiones. Por esto, no fue casual que el Millonario haya sido el único club de Primera sin representación en la cumbre del martes por la mañana.

Dos semanas atrás, Chiqui se reunió a solas con D'Onofrio y sellaron la paz. Tras el cónclave, afirmaron estar de acuerdo en varios puntos y el mandatario de Barracas Central manifestó su intención de que River se integre al nuevo proyecto a través del que AFA se reapropiará del control del campeonato nacional. Con la tropa alineada, este martes Tapia confirmó el retorno. “River es parte de la conducción, hemos hablado con Rodolfo D'Onofrio, va a ocupar una de las seis vicepresidencias con las modificaciones que se van a llevar a cabo el 19 de mayo, donde vamos a tener cuatro vicepresidentes de Primera, uno de Ascenso y otro del Interior”, informó.

En el encuentro matutino en AFA, además de la derogación de la Superliga se acordó convocar a una Asamblea Ordinaria el próximo 19 de mayo para ratificar a Tapia al frente de la casa madre hasta 2025 -mediante una lista de consenso- y ampliar el Comité Ejecutivo de tres a seis vicepresidencias. Junto a D'Onofrio, llegarán a la nueva mesa chica Jorge Amor Ameal, Hugo Moyano y Tinelli.

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Con las renuncias de Elizondo y Brito sobre la mesa, el martes de rosca tuvo una segunda parada en Puerto Madero. Ante la acefalía presidencial en Superliga, el vice segundo Matías Lammens era el encargado de asumir las funciones hasta la finalización de la Copa Superliga. Abocado a su gestión en como ministro nacional, le abrió paso a la llegada de Tinelli.

El desembarco del conductor en la cúpula directiva obedece a un pacto de Tapia con el Gobierno nacional, encarnado por Sergio Massa. Según confiaron fuentes oficiales a El Canciller, el presidente de la Cámara de Diputados se puso al frente de las gestiones para rubricar el acta de defunción de la Superliga e incluso prestó su hogar, en Tigre, para que se desarrollaran las primeras reuniones.

En las oficinas de SAF, el Comité Ejecutivo resolvió convocar a una asamblea orgánica para el próximo martes, donde comenzarán las discusiones sobre el nuevo formato de la Liga Profesional de Fútbol. Los dos ítems más importantes a debatir serán la cantidad de descensos que habrá esta temporada y la renegociación de los derechos televisivos para el período que iniciará en el segundo semestre de 2020. Las dos cuestiones van atadas.

Foto NA
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Este martes, el presidente de Lanús, Nicolás Russo, aseguró que descenderán tres equipos a la Primera Nacional, tal lo establecido por reglamento. Tapia lo ratificó más tarde. Sin embargo, ante la consulta de El Canciller, el propio Russo puso en duda sus afirmaciones y dejó en claro que las trabas corresponden a la futura televisación del fútbol.

De mantenerse el esquema actual, la Primera División contaría con 23 clubes la próxima temporada, por lo que en cada fecha habría 11 partidos y un equipo libre. Junto a Mario Pergolini, Tinelli cerró las negociaciones con las empresas que poseen los derechos para que dos encuentros por jornada, como mínimo, sean transferidos al Estado. Pero las compañías multinacionales no aceptarían tener menos de 10 partidos por fin de semana.

En efecto, asoma nuevamente la posibilidad de que haya dos descensos directos y el restante se dirima mediante una promoción con el tercer mejor equipo de la Primera Nacional, para mantener los 24 equipos y los 12 partidos. Esa opción había sido descartada dado que la Copa de la Superliga culmina a fines de mayo, mientras que el Reducido de la Primera Nacional finalizará un mes más tarde. El club de Primera debería aguardar más de 30 días por su rival y quedaría en desventaja deportiva. “Entre descender directo y esperar 40 días con la chance de revalidar la plaza no creo que elijan lo primero”, consideró Russo.

Finalizado el supermartes, habló Tinelli. “Hoy la Liga necesita un presidente político, que pueda defender los intereses de todos los clubes, tanto de las cadenas televisivas, los derechos internacionales y otras cosas. Se pueden hacer las dos cosas perfectamente”, sostuvo, en diálogo con TNT Sports. Y dejó todo dicho.