Consiga o no dictamen, hay algo que no sucederá: no se dará marcha atrás al aumento de tarifas. Ya sea porque la justicia haga un guiño al oficialismo, porque algún ministro juegue el rol de Frank Underwood y sume votos negativos para Cambiemos o, lo que es más probable, porque Macri vete la ley cinco minutos más tarde de que salga de la Cámara Alta. En síntesis, los aumentos continuarán vigentes y, la verdadera discusión es quién pagará el costo político de la suba en las boletas de los servicios.

Según Marcelo Longobardi, la iniciativa ni siquiera tiene capacidad de ejecución. Como la ley propone retrotraer las tarifas, las empresas de los servicios deberán devolverle a los usuarios  "el excedente” que abonaron luego de finales de 2017. Ante esa necesidad, las empresas de servicios, que habían aumentado los pagos a las de producción, también le pedirán a éstas que les devuelvan el dinero. Un círculo vicioso donde todos los actores irán a la Justicia a reclamar.

En ese sentido, Longobardi apuntó contra el peronismo "supuestamente racional” que dirigen Miguel Ángel Pichetto y Sergio Massa. En cuestiones fiscales, la iniciativa le podría hacer perder al oficialismo entre 50 mil y 100 mil millones de pesos, motivo por el cual el veto aparece como una obligación para Cambiemos, que intenta mostrarle al FMI que puede equilibrar la balanza de pagos eternamente deficitaria de la Argentina. Pero más allá de las derivaciones económicas, el periodista de Radio Mitre recordó que ayer Macri le pidió al PJ que no sigan "las locuras de Cristina”.

"La señora Kirchner se sintió agraviada en su condición de mujer pero no contestó al punto central que tiene que ver con la política tarifaria y energética que siguió su gobierno y el de su marido, que produjeron un desastre”, remarcó Longobardi.

"Toda la tensión que hay en el Senado es completamente inútil porque esto no va a ocurrir. Si se vota la ley, no se va a poder aplicar; si se aplicara tendría consecuencias peores que pagar la luz más cara. Como diría la señora de Kirchner: ‘Tipico’. Una discusión inútil dentro de un país que intenta evadir sus responsabilidades”, concluyó Longobardi.