El fin de semana, el presidente Mauricio Macri se reunió con familiares de los pesqueros hundidos Repunte, Rigel y San Antonino y, según una de las asistentes, habló de "dinamitar" el Astillero Río Santiago, algo que indignó a sus trabajadores y los llevó a tomar la fábrica hasta que el mandatario aclare sus dichos.

Gabriela Sánchez, la hermana del capitán de uno de los pesqueros, contó que le preguntó a Macri por qué no se aprovechaban las instalaciones del ARS, que está bajo la orbita del Ministerio de Producción de la Provincia de Buenos Aires.

"Nos contestó que habló del tema con Contessi (dueño del astillero marplatense que había visitado antes) y le dijo que había que dinamitarlo", reveló Sánchez.

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La frase repercutió entre los empleados del astillero, que denuncian hace tiempo la paralización de la fábrica por falta de inversión por parte del Gobierno bonaerense para continuar con los trabajos encargados y comenzar nuevas obras. Por eso decidieron tomar la planta hasta que el presidente aclare por qué lo dijo y qué planes tiene su gestión al respecto.

El Consejo Directivo Provincial de ATE bonaerense emitió un comunicado en el que manifestó su repudio a las palabras "no desmentidas" y las calificó como "un ataque artero a la historia del Astillero Río Santiago y a la comunidad de Ensenada y de la región".

El secretario general del gremio, Oscar de Isasi, consideró que "sin dudas el plan de su gobierno es desmantelarlo" y que eso atentaría contra los intereses del país.

En definitiva, se trata de un conflicto inesperado e inoportuno que preocupa al equipo de Macri, mientras todas las luces están puestas en intentar reordenar la economía (inflación y dólar) y allanar el camino para repartir el gasto del ajuste con el resto de los gobernadores.

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