Manteros, ilegalidad y competencia desleal: eligen enero para realizar los operativos de desalojo
Hace un año, la polémica se localizaba en Once pero con el mismo conflicto. Manteros, ¿sí o no? Tras desalojos constantes, protestas diarias y caos social en las inmediaciones de uno de los centros comerciales más importantes de la Ciudad, se solucionó el problema. Los comerciantes ilegales que ocupaban las veredas de la Av. Pueyrredón fueron desalojados y, a lo largo del año, se los invitó a capacitarse como vendedores, legalizar su situación y comandar un puesto dentro de galpones cercanos a la terminal del tren Sarmiento, en Perón y Ecuador, y en Rivadavia y La Rioja.
Hoy la historia se repite y, el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta, va por los manteros de Liniers. Parecería ser que las autoridades aprovechan el mes de verano para realizar los desalojos cuando la Ciudad se encuentra vacía por las vacaciones. ¿Miedo al escrache? ¿Prefieren pasar desapercibidos?
La realidad es que el otro gran circuito comercial de la Ciudad, tiene una larga trayectoria de convivencia entre los locales comerciales y los manteros. Luego de que el tradicional mercado de frutas y verduras se convirtiera en un shopping durante los 90, los comercios a cielo abierto se convirtieron en un foco de productos de la comunidad andina, con especialidades de las comunidades boliviana y peruana.
Pero a medida que los lugares legales se fueron completando, empezaron a aparecer manteros que querían aprovechar el flujo de compradores que visitaban la zona.
La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), informó el año pasado que habían más de 900 puestos de venta ilegal en la zona. El perímetro liberado son 30 cuadras entre la Av. Rivadavia y las calles Carhué, Ventura Bosch y la colectora de la General Paz.
En ese espacio, la Justicia cuenta 475 puestos, 239 de ellos comida y 236 de diversos rubros. Y los manteros son en su mayoría extranjeros. Del total, un 44% son senegaleses, 39% bolivianos, 9% peruanos y 1% paraguayos.