La Anónima, Harvard y el ADN PRO: Braun, la llave de Macri para destrabar los metales con USA
La llamada de Mauricio Macri a Donald Trump no fue suficiente para agregar a la Argentina a la lista de excepciones del nuevo impuesto para el acero y el aluminio. El mandatario nacional enviará a uno de sus hombres de confianza a destrabar el conflicto que golpea en seco a la multinacional Techint. El secretario de Comercio, Miguel Braun, será la llave de Macri para negociar con su par norteamericano, Wilbur Ross.
Braun tiene ADN del PRO. Es sobrino de Federico Braun, el dueño de los supermercados La Anónima -la cadena más grande de Argentina- y ostenta un currículum destacado. Egresó de licenciado en Economía en la Universidad de San Andrés y eyectó su futuro hacia Estados Unidos, consiguiendo un máster y el doctorado en economía de la Universidad de Harvard. Desde hace más de una década, dicta clases de macroeconomía, finanzas y economía política en la Universidad de Buenos Aires y Torcuato Di Tella.
Tras su carrera académica, dedicó gran parte de su vida profesional a la macroeconomía argentina (su único libro se llama justamente así). Es cofundador y fue director ejecutivo del CIPECC y trabajó en el Banco Interamericano de Desarrollo. La década pasada, estacionó en las filas del PRO y se convirtió en el director de la Fundación Pensar -el núcleo de las políticas públicas del partido-. También tuvo un leve paso por el Banco Ciudad.
En 2015, cuando Macri llegó a la Rosada, Braun ocupó el lugar de Guillermo Moreno, pero dejó de lado la lista de responsabilidades de su antecesor, quien desde ese rango -inferior al ministerial (depende de la cartera de Producción)- llegó a ser uno de los protagonistas en el manejo de la economía kirchnerista, sobre todo en lo referido al Indec y al control de precios. El nuevo funcionario buscó devolver a la secretaría de Comercio al bajo perfil que en general la caracterizó. Eso sí, repartió varias multas a las grandes cadenas de supermercados, pero nunca una destinada a La Anónima.
Desde el lunes hasta el miércoles, Braun mantendrá reuniones en las tierras de Trump para dejar a la Argentina afuera de un nuevo impuesto sobre el acero y el aluminio que busca golpear, más que nada, a China. El secretario de Macri tiene las de ganar ya que en su carpeta lleva datos alentadores: Argentina sólo exporta el 0,6% del volumen de acero y el 2,3% del de aluminio que Estados Unidos utiliza. Además, la balanza comercial entre los dos países está tres mil millones de dólares a favor de EE. UU. Del otro lado, la potencia mundial dirá que importar metales le cuesta puestos de trabajo, sobre todo del cinturón industrial norteamericano, donde se canaliza el voto del megamillonario de la Casa Blanca.