Alejado del gobierno nacional, el ahora ex subsecretario de Presidencia, Valentín Díaz Gilligan, intenta aferrarse a su cargo como vocal de River Plate. Sin embargo, la Comisión Fiscalizadora sigue insistiendo con que debe ser apartado, no sólo por la evasión de impuestos por los 1,2 millones de dólares en Andorra, sino porque esa misma cuenta estaba vinculada a negocios en el fútbol.

"Consideramos que es absolutamente incompatible su cargo en la Comisión Directiva del club, con sus funciones reconocidas en sociedades dedicadas a la intermediación deportiva", remarcó la Comisión Fiscalizadora en el comunicado.

La institución regulado está conformada por cuatro dirigentes de la oposición, tres del oficialismo y un “independiente” y fue creada para controlar cuestiones legales y económicas del club.

El ex funcionario decidió apartarse de su cargo en el gobierno con la promesa de “probar su inocencia” y rendir cuentas ante la justicia y la Oficina Anticorrupción, pero no hizo lo mismo en su cargo como vocal de River. La oposición tiene más peso en la Comisión y continúa pidiendo que sea echado.

"El citado Vocal Titular admitió públicamente ser tenedor y compartir una sociedad y una cuenta bancaria en el exterior con el empresario del fútbol Francisco Paco Casal", agregaron. El ex subsecretario explicó que nunca había declarado dicha cuenta porque él no era dueño de esos fondos -eran del ya mencionado Paco Casal- y que había intentado desvincularse de la misma pero el trámite se demoró.