El hombre hallado muerto el último lunes en un lago del barrio porteño de Palermo fue identificado este martes como José Luis Báez, quien vivía en situación de calle y contaba con antecedentes de robos, amenazas, abuso sexual y homicidio, por el cual fue declarado inimputable. La información surgió de la base de datos de la Policía Federal Argentina y se constató con las de la Policía de la Ciudad y la Policía del Chaco, donde la víctima también estaba registrada.

El primer antecedente de Báez data de 2018 y desde entonces fue imputado por delitos cometidos tanto en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires como en territorio chaqueño. El último registro fue el pasado 5 de septiembre, cuando se le inició una causa por “amenazas agravadas por el uso de arma blanca”. 

A su vez, según fuentes policiales, Báez contaba con expedientes por exhibiciones obscenas en mayo y junio de 2022 y por abuso sexual simple en agosto del mismo año, cuando también se registró un antecedente por robo. Además, tenía cuatro contravenciones por portación de arma no convencional, que databan de octubre de 2020, marzo de 2021 y junio y julio de 2022.

En cuanto a la causa por homicidio, en julio de 2021, fue declarado inimputable por padecer trastornos psiquiátricos y fue derivado al Hospital Borda. Los otros registros del hombre son por tentativa de robo, lesiones leves y amenaza simple, en junio, julio y octubre de 2020, respectivamente.

El cuerpo de José Luis Báez había sido hallado sin vida el último lunes mientras flotaba en el lago Victoria Ocampo de la Plaza Sicilia de Palermo, situada en las avenidas Sarmiento y Berro. Tras ser retirado del agua por personal de la comisaría vecinal 14C y de Bomberos de la Policía de la Ciudad, el cadáver, que no presentaba lesiones, signos de violencia ni indicios de haberse ahogado, fue trasladado a la morgue judicial.

Según detalló el primer informe de la autopsia citado por la agencia Noticias Argentinas, el cuerpo “no presentaba partículas de plantón en sus pulmones, lo que da cuenta que no murió ahogado, ni tampoco lesiones en su cuerpo”. La principal hipótesis es que se trató de una muerte súbita, aunque no se descarta un deceso vinculado al consumo de drogas.

El hombre, que tenía entre 35 y 40 años, no llevaba consigo ninguna documentación y las huellas dactilares de sus manos estaban desgastadas. Además, vestía buzo polar, pantalón, campera y zapatillas. Entre sus ropas, tenía una tarjeta SUBE para el transporte público, que era analizada para saber si está registrada a nombre de alguien, aunque esto no significa que sea de la víctima.

Según informó Télam el mismo lunes, una fuente judicial reveló que, de acuerdo con el primer reporte de los peritos de la Unidad Criminalística Móvil (UCM) de la Policía de la Ciudad, Báez llevaba de 8 a 12 horas de fallecido.

La causa fue caratulada de manera preliminar como “averiguación causales de muerte dudosa” y en ella interviene la Fiscalía en lo Criminal y Correccional 53, a cargo del fiscal Matías Di Lello, quien ordenó analizar las cámaras de seguridad de la zona.