Luego de que el Gobierno anunciara el cierre del Hospital Nacional de Salud Mental Laura Bonaparte, los trabajadores concretaron una extensa vigilia durante la noche del viernes y este sábado mantuvieron su servicio de urgencias.

Al argumentar su decisión de cerrarlo, desde el ministerio de Salud habían informado que el centro público cuenta con un promedio anual de 19 internaciones diarias, lo que resultan indicadores "muy bajos para lo esperable de un hospital con servicios generales".

Por su parte, el senador nacional y presidente de la Unión Cívica Radical (UCR), Martín Lousteau, consideró que los pacientes del nosocomio "no son meros objetos para ser derivados en un ‘plan de reestructuración’", como afirmaron desde la cartera sanitaria. "Nada justifica el cierre abrupto", señaló.

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Tras conocerse la decisión oficial, una de las profesionales del centro médico situado en el barrio de Parque Patricios, Soledad Bordalecou, aseguró que el cierre dejará "sin tratamiento a miles de pacientes en salud mental, incluyendo niñas, niños y adolescentes".

"Nosotros seguimos atendiendo con normalidad. No lo esperábamos en lo absoluto", manifestó en diálogo con la agencia Noticias Argentinas.

En este contexto, Bordalecou comentó que hace "tres meses despidieron a 29 profesionales", lo que derivó en el recorte de servicios de internaciones y guardia.

"Los trabajadores del hospital en asamblea general decidieron permanecer en sus puestos de trabajo y llaman a todos los ciudadanos, usuarios, familiares, profesionales, asociaciones civiles, sindicales, asambleas barriales y a la comunidad entera a sumarse en la lucha y defensa del hospital y la salud pública", manifestó el personal de salud del hospital en un comunicado.