La Organización Mundial de la Salud y el Centro de Investigación John Hopkins actualizan, minuto a minuto, las estadísticas de contagiados y fallecidos a causa de la pandemia mundial del coronavirus.

Pero, pese a este registro diario de la OMS, surgió la polémica -en especial, en Europa- sobre la metodología utilizada por cada país para contabilizar a las personas fallecidas por el virus respiratorio.

La disputa llegó a tal punto que los gobiernos del Viejo Continente acusan, en off, a sus vecinos por "esconder los muertos debajo de la alfombra".

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Metodología

Italia, el país con más decesos por coronavirus, mantiene el criterio de su Instituto Superior de Sanidad: toma como fallecidos a todos los pacientes que le haya dado positivo el test del COVID-19. Es decir, sin importar si tenían enfermedades graves previas.

Por eso mismo, el jefe de Protección Civil, Angello Borrelli -encargado de comunicar las cifras oficiales- suele hacer una aclaración. "Son fallecidos con coronavirus y no por coronavirus”, expone.

Y si bien, desde Europa, destacan esta metodología como la más "transparente", entre los medios italianos alertan que la cifra (12.428 muertos) sería incluso mayor, de haber contado con las pruebas de detección tiempo antes.

Hasta no hace mucho en Inglaterra, cuando un paciente fallecía en el hospital por una infección respiratoria no se registraba la causa directa, salvo que sea por malaria, botulismo o tuberculosis. Es decir, por una enfermedad de notificación obligatoria. El COVID-19 se incluyó recién el 5 de marzo, cuando el brote ya había arribado a la isla.

Cabe destacar que, una semana atrás, el primer mandatario de Gran Bretaña, Boris Johnson, fue diagnosticado con coronavirus: el jefe de Estado había intentado resistir al aislamiento obligatorio de la población.

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Residencia de ancianos

En Francia, por ejemplo, la polémica se basa en que las muertes por COVID-19 fuera de los hospitales y clínicas del país no aparecen registradas en las estadísticas.

Aunque la mortalidad es más alta entre las personas mayores (el 86% de los fallecidos en Francia tienen 70 años o más), la estadística oficial no incluye a los ancianos muertos en sus domicilios ni, sobre todo, en las 7.000 residencias que albergan a más de 700.000 personas mayores o con capacidades disminuidas.

Desde que en otros países empezaran a alertar las muertes masivas en estos centros y las potenciales fallas en este tipo de registros, el Gobierno de Emmanuel Macron decidió dar un cambio metodológico. En la última semana anunció que hará “un seguimiento diario de la mortalidad” en las residencias.

Por caso, en España, tienen una metodología similar que en Francia para contabilizar a los fallecidos por el virus respiratorio: según el relevamiento de El País, no se registran personas que mueren -por esa enfermedad- en residencias o domicilios en los que no se ha hecho el test de detención. Alrededor de 300 personas fallecieron en residencias para adultos desde que estalló el brote en la península ibérica.

 Argentina

En nuestro país, de acuerdo al último reporte diario, murieron 27 personas con coronavirus.  Y si bien la cifra aún no ha alcanzado los números similares a los de Europa, el Gobierno decidió imitar la misma metodología que Italia: registrar a todos los pacientes que hayan dado positivo en el test del COVID-19.

La discusión, en cambio, radica en los test de detención del virus. Luego de centralizar la investigación en el Instituto Malbran, el Gobierno autorizó a 35 centros médicos -distribuidos a lo largo y ancho del país- a efectuar la prueba infectológica. Para ello se enviaron 35.000 reactivos en cadena de la polimerasa (PCR por sus siglas en inglés).

Hasta ahora, según los datos del Ministerio de Salud, sólo se analizaron 5651 casos, de los cuales 1.054 han dado positivo del virus respiratorio. Ante estos números, sectores de la oposición elevaron las críticas por la poca cantidades de testeos. El ejemplo inmediato que citan es Chile, quien triplicó las pruebas en relación a los números argentinos, a partir de los "test rápidos".

Pedro Cahn es director de la Fundación Huésped y uno de los especialistas que integran el comité epidemiológico que asesora a Alberto Fernández. El médico descarta este tipo de pruebas más veloces. "Estos test sólo detectan anticuerpos, es decir, servirían para saber cuántas personas estuvieron expuestas al coronavirus", explicó el epidemiológo.

"No son más rápidos en la detección sino en el método. Se pueden realizar a partir de una gota de sangre y sin necesidad de gran equipamiento. El problema de este método es que no muestran claramente si en ese momento una persona tiene la infección, como sí lo hace la técnica PCR y además tienen una alta tasa de falsos positivos", completó.